Hoy se acababa el mundo… o no. Lo que está claro, que los jugones de la saga ya nos hemos enfrentado a varios cataclismos, o nos han contado historias sobre ellos: el Cataclismo de Ivalice, el que dio paso al Mundo de la Ruina, el meteorito sobre Planeta, la caída de la luna Dalamud sobre Hydaelyn, la llegada del Ragnarok al Nido, tenemos fines del mundo para escoger. Vamos a centrarnos en aquellas que están de alguna manera relacionadas con algún fenómeno natural, aunque este sea provocado de forma artificial. Como cualquier buen villano de videojuego, su intención será la de arrasar el planeta en el que se desarrolla el videojuego, y por eso, dejamos para otra ocasión la Compresión del Tiempo, el Vacío, o la nefasta fusión del planeta Terra con Gaya.
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El Cataclismo de Ivalice
El Cataclismo que se produce en Ivalice lo encontramos muy bien documentado durante el transcurso de Final Fantasy Tactics .
No se detallan las causas del incidente, pero si sus consecuencias gracias a varias pistas que se desvelan en Wonders (maravillas) que son descubrimientos que hace nuestro equipo cuando participamos en determinadas misiones. Estas wonders generalmente son vestigios de lugares desaparecidos en el cataclismos y son guiños a lugares emblemáticos de los Final Fantasy clásicos: Eureka, el Templo del Caos, la Fortaleza Voladora, la Torre del Cristal, Ciudad del Reto, la [[Cascada Sémit]], el Tren Fantasma…
Además, el cataclismo acabó con varias razas como los moguris y seguramente los egules (ya que no se dice explícitamente). De la extinción de los moguris tenemos constancia en el bosque «Siedge Weald», cuya descripción es «Un antiguo bosque rodeado por por montañas. Se dice que una vez fue el hogar de una extinta raza conocida como moguris. Sobre los egules, hay algo de información gracias a la Wonder de la Fortaleza Voladora (referencia al primer Final Fantasy). En dicho castillo o fortaleza se nos dice que vivía una raza de seres alados cuyos conocimientos les permitían crear cristales a partir de polvo.
Por otra parte, suponiendo que Final Fantasy Tactics y Final Fantasy XII se desarrollen en la misma línea temporal de Ivalice (algo difícil de sostener por las incongruencias en sus historias), el cataclismo ocurriría unos 100 años después de los eventos de Final Fantasy XII y unos 1200 años antes del comienzo de Final Fantasy Tactics. El cataclismo por tanto, es una de las causas por los que de forma extraoficial se suele decir que originó la extensión de todas las razas que vemos en Final Fantasy XII y que no dejaron rastro en Final Fantasy Tactics.
El Mundo de la Ruina
En Final Fantasy VI, nos encontramos con un mundo relativamente estable, hasta que la sed de poder de Kefka le hace desencadenar un apocalipsis utilizando el poder destructivo de la Tríade Marcial, convirtiendo así el Mundo del Balance en un mundo totalmente destruido y baldío conocido el Mundo de la Ruina.
Después de este apocalipsis, Kefka seguiría utilizando el poder de la Tríade para someter a los pueblos que aún no habían clavado la rodilla en el suelo.
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El Meteorito
La mayor parte de la trama de la séptima entrega de la saga principal de Final Fantasy gira en torno al inminente cataclismo que Sefirot quiere desencadenar utilizando la Materia Negra para utilizar la magia sagrada de los Cetra.
Esto hará que el Meteorito aparezca en escena, lo que supondrá un tremendo golpe a Planeta que liberará la corriente vital, hecho que aprovechará Sefirot para drenar todo ese poder y convertirse en un dios.
El Meteorito cubre el cielo y se dirige imparable hacia Midgar. Afortunadamente, el poder de Sagrado fluye desde lo más profundo de Planeta para frenar el impacto y lo único que hay que lamentar es el derrumbe de una ciudad que ya había sido evacuada.
La luna Dalamud cae sobre Hydaelyn
Pasamos de un astro que se dirige a Planeta a una luna que se cae sobre Hydaelyn, el planeta en el que se encuentra Eorzea. Hablamos por tanto de Final Fantasy XIV. Dalamud era una de las dos lunas que poseía el planeta. De repente, la luna blanca se tiñó de rojo, y empezó a crecer para los ojos de los eorzeanos. Parecía que acabaría precipitándose sobre Hydaelyn.
Las investigaciones de Cid, un joven ingeniero, le llevan a pensar que el desplome de la luna Dalamud se debe al uso por parte del Garlean Empire de artes oscuras en conjunción con tecnología magitek para llevar a cabo una limpieza étnica con el cataclismo. Finalmente, llega la hora del impacto en lo que se conoce como el Fin de una Era, y que da paso a un nuevo trasfondo conocido como Final Fantasy XIV: A Realm Reborn. El impacto tuvo lugar el 11 de noviembre de 2012.
A continuación os dejamos el trailer del cataclismo. Es lo más Final Fantasy que ha hecho Square Enix en los últimos 10 años. Podéis ver a Cid con sus gafas de piloto observando desde una colina la escena, una armadura Magitek al más puro estilo Terra de Yoshitaka Amano, Bahamut en toda su gloria… Este vídeo demuestra que si Square Enix no hace las cosas bien, es porque no le da la gana, porque potencial tiene, y lo hemos visto en este vídeo.
La Luna Roja se acerca a la tierra
Si habéis sufrido un déjà vu al leer la historia del cataclismo de Final Fantasy XIV, es sin duda porque habéis jugado ya a Final Fantasy IV: The After Years.
La historia en esencia es muy parecida, la Luna Roja, hogar de los lunarios como Fusoya y Golbez, controlada por el Creador, gracias al poder de los cristales lunares, se aproxima peligrosamente hacia la tierra hasta el punto de que llega a eclipsar al sol por su proximidad.
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La llegada del Ragnarok al Nido
Este cataclismo de Final Fantasy XIII comienza en la llamada [[Guerra de Oclusión]] (500 años antes del comienzo del juego) en un intento de los [[fal’Cie]] por traer de vuelta a [[Divinidad|su creador]] ya que piensan que si realizan un sacrificio de millones de almas, la Deidad no tendrá más remedio que regresar. Para ello deciden crear [[el Nido]], un lugar donde los seres humanos vivan protegidos por los fal’Cie, hasta que llegado el momento decidiesen sacrificarlos invocando a la criatura [[Ragnarok]], que se encargaría de la destrucción del Nido. Esta criatura no es otra que la transformación de Fang y Vanille. La criatura comenzó con el cataclismo del Nido aunque la bondad de la diosa [[Etro]] hizo cristalizar a las dos nativas de Oerba para evitar la aniquilación total. Este intento de destrucción produjo la cicatriz que tiene el Nido en su corteza.
500 años más tarde los lu’Cie despiertan de su forma de cristal para terminar con su objetivo de destruir el Nido y se producen los eventos de Final Fantasy XIII, que concluyen con la derrota del [[Huérfano]], que es el fal’Cie encargado de mantener en el aire el Nido. Fang y Vanille vuelven a transformarse en Ragnarok, pero esta vez, utilizan su poder para cristalizar un pilar que evitaría el desplome del Nido, salvando millones de vidas.
Las almas que llegaron en un meteorito
Y finalizamos con Final Fantasy: La Fuerza Interior. Nos encontramos en el año 2031 con un planeta Tierra prácticamente devastado por la llegada dele meteorito Leónida que portaba los restos de un planeta. En aquel cuerpo celeste, se albergaban las almas de los seres alienígenas de aquel planeta, que al entrar en contacto con el alma de cualquier ser vivo, será extraída y absorbida por la entidad fantasmal.
La población de la Tierra se ve muy diezmada, y para protegerse tienen que construir barreras alrededor de las propias ciudades que aún quedan en pie.