Por lo general no me gustan los nombres muy tradicionales porque si hay mucha gente con el mismo nombre se pierde parte de lo que se pretende (identificar a un individuo con una palabra), pero por otro lado no me gustan los nombres estrambóticos; por ejemplo, nombres extranjeros en hijos de españoles. Esto en realidad es una tontería, porque casi todos los nombres que consideramos tradicionales tienen origen extranjero, así que en unos años llamarse Sheila, Dennis, Donovan o Jessica será tan normal como muchos otros. Luego hay nombres tradicionales que no pondría jamás, como Soledad o Dolores ("no me llames Dolores, llámame Lola"). Los nombres vascos se han puesto de moda últimamente y, bueno, hay algunos más fácilmente pronunciables que otros. No hablo de los nombres canarios porque, aunque me parece algo bonito de su cultura, también son graciosos para alguien ajeno a ella.
El caso en el cual el nombre viene de algo "friki" (en realidad limito el término a videojuegos y cosas japonesas) tiene un pequeño tabú porque la sociedad todavía no considera eso cultura "de verdad". Si yo llamo a mi hija Éponine por
Los Miserables siempre estará mejor visto que llamarla Kairi por
Kingdom Hearts. Creo que el único caso donde esto ha salido bien es
Zelda Williams, hija del actor Robin Williams, pero eso se lo puede permitir por ser rico y famoso.