De nuevo nos encontramos ante una apacible mañana de domingo en La Capital Olvidada. En el cielo ni una sola nube, y la monotonía del azul sólo se rompe con la aparición del Sol en el horizonte.
Los ciudadanos pasean tranquilos ocupados con sus quehaceres dominicales, sin recordar ya siquiera la última crisis que azotó la ciudad. La normalidad impera en cada calle y los ciudadanos se sientes protegidos por la seguridad que les otorga tener a La Cofradía CC protegiéndoles de amenazas externas. Si han vencido la amenaza de enemigos como Diablo y el elfo oscuro Malekith, si han superado la epidemia de Morfeo que asoló la ciudad hace tiempo, incluso si han superado el confuso reto planteado por Spegulo, ¿Qué puede hacer temer a este valeroso grupo de guerreros protectores de la ciudad?
Esta confianza se matiene en pie esta mañana incluso cuando del centro del Sol surge un pequeño orbe negro que se dirige lentamente hacia la capital. Pequeño, al menos al principio, pues a medida que se acerca su tamaño va aumentando. Poco a poco los vecinos se percatan de su existencia y acercamiento y, aun entre nerviosos murmullos hay quién comenta que, mientras tengan el poder de sus barajas de Triple Triad y el respaldo de los miembros de élite de La Cofradía CC, podrán enfrentarse a cualquier amenaza. Seguro que ahora mismo, Los Ocho están en el Hall preparando su defensa ante cualquier posible crisis que derivara de este suceso.
Cual fue su sorpresa cuando, de pronto, el orbe negro aceleró hasta frenar justo encima de la ciudad. De las barajas de todos los transeúntes surgió una luz negra que se dirigió hacia el orbe, siendo absorbida por este. Todos los dueños de barajas notaron, de algún modo, que ahora sus barajas eran algo más débiles, cosa que no les hubiera preocupado en exceso si no fuera por lo que sucedió después.
El orbe, ya de un tamaño considerable por la cercanía y por el crecimiento derivado de la absorción de parte de las energías de todas las barajas se situó justo sobre el Hall y, en una rápida acción, se desplomó sobre él destruyéndolo completamente y envolviendo la zona en un manto de oscuridad.
Y entonces si, cundió el pánico..
