El Juez medita profundamente la posibilidad que tantea la defensa. Toda la sala guarda silencio a la espera de que el magistrado tome una decisión. Finalmente, la óqueda voz del Juez resuena entre la hojalata de su armadura.

Juez: Dadas las circunstancias, el testimonio del presunto imputado, podría ser de vital importancia para aclarar los hechos que nos atañen. Se hará un receso para almorzar mientras se intenta localizar a Caín Ventalto. Alguacil, puede retirarse con el acusado a las mazmorras.

Alguacil: A la orden!
Pasadas casi dos horas de insufrible espera...

Alguacil: Hemos contactado con Caín Ventalto, su Señoría.

Juez: Bravo, ya podemos reanudar el juicio.
Un fornido guerrero tan alto como la lanza que porta camina sin temor hacia el estrado, sin desviar la mirada del lugar al que le han asignado. La cháchara de los oyentes no parece ponerlo nervioso y tan siquiera presta una mirada al acusado, así como al fiscal y a los abogados.

Caín:...

Juez: La defensa puede interrogar al testigo.
Caín Ventalto añadido al Acta de Juicio.