Un menorquín da 30.000.000€ a los Príncipes de Asturias.
Posted: 17 Jan 2010, 14:16
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Fuente: expedientexfiles.blogspot.com[/spoiler]
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Fuente: elcorreodigital.com[/spoiler]
Ya hay que tener los cojones gordos, colega, con la de gente que se muere de hambre. O con todo lo que está pasando en Haití. Menudo borrego.
¡Qué casualidad!
Un millonario menorquín, la mayor fortuna de la ciudad menorquina de Ciutadella, cuyos bienes alcanzan varias decenas de millones de euros, incluyendo su casa palacio, fincas rústicas y urbanas, negocios, inversiones en Bolsa, etc..., ha nombrado como herederos de su herencia a los Príncipes de Asturias; el Príncipe Felipe y la Princesa Letizia.
También el magnate de Menorca, que falleció el pasado día 18 de noviembre de 2009, destina una parte de la herencia a los nietos del Rey, y le encarga al Príncipe que dedique un 50% de la herencia para la creación de una fundación de interés general. Al menos esto es lo que dice la noticia oficial.
La Casa Real informó el 15/1/2010 que los Príncipes de Asturias no conocían de nada a su rico benefactor, de nombre Juan Ignacio Balada Llabrés, y nunca habían mantenido ningún contacto de ningún tipo con esta persona.
Según informó posteriormente un portavoz de la Casa Real, el 16/1/2010, "los Príncipes de Asturias destinarán a fines sociales la parte de la herencia que les legó el inversor".
El público común ignora las verdaderas fuentes de donde el padre del Príncipe Felipe amasó su gran patrimonio. Pues el Rey de España, Juan Carlos I, en sus primeros tiempos, cuando era conocido como "Juanito" en su círculo familiar, empezó prácticamente con las manos en los bolsillos, y hoy en día es una de las grandes fortunas del mundo, con su aparición habitual en la Revista Forbes, una publicación conocida porque lista a las personas más ricas del mundo.
Desgraciadamente, los ciudadanos de a pié no tienen tanta suerte. Se encuentran sobreviviendo en un incierto panorama de crisis económica aguda, y asfixiados por las hipotecas y facturas, y mucha gente ha perdido su puesto de trabajo, su dinero, sus bienes y sus casas. Los comedores sociales y de caridad están llenos a reventar de familias de ciudadanos corrientes, que acuden para comer, porque no tienen con qué pagar su comida. Y nadie se acuerda de ellos.
Y si una familia necesitada se vé en la imposibilidad de cumplir escrupulosamente con todos los plazos de pagos de su hipoteca ya es denunciada rápidamente por el método de desahucio-express, para que vaya rápidamente a la calle. Otras personas, por acumulación de deudas grandes, acaban siendo conducidas a prisión, o bien terminan malviviendo en las calles como mendigos y frecuentando los albergues de acogida para pobres.
Todo ello por no hablar de los millones de niños que mueren de hambre y enfermedades, o de terremotos, en las partes más castigadas del planeta.
Esta ha sido la noticia chocante, que refleja la realidad de un mundo diabólico y disparatado como es el actual, en el que Lucifer protege su sistema y se dedica a ahogar, siempre que puede, a los que no comulgan con su orden de terror.
Fuente: expedientexfiles.blogspot.com[/spoiler]
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Al Príncipe de Asturias se le conoce también como 'el Heredero'. Lo es, claro, de la Corona española, y ahora también de Juan Ignacio Balada Llabrés, multimillonario menorquín fallecido en noviembre, que ha dejado toda su fortuna a nombre de Don Felipe, Doña Letizia y los ocho nietos de los Reyes, según adelantó el diario 'Última Hora' de Menorca.
Imaginen el semblante de las dos únicas primas del finado cuando, a mediados de diciembre, el albacea abrió el testamento y les hizo saber que las decenas de millones de euros que atesoraba su acaudalado pariente tenían de pronto apellido regio. ¿De qué conocía el primo a los Príncipes?, se preguntaron las cabe suponer que decepcionadas mujeres. Pues, de nada. La Casa Real asegura que ni el Príncipe ni su familia habían mantenido contacto alguno con Balada, ni habían recibido información sobre él hasta que su albacea llamó. Es probable que fueran entonces los Príncipes quienes se preguntaran quién era ese menorquín tan amable.
Quienes le conocieron describen a Juan Ignacio Balada como «un hombre muy monárquico». De eso no hay duda. Pero aparte de su ideología, dedicó su vida a administrar la fortuna que heredó como único hijo del empresario Ramón Balada y la farmacéutica Catalina Llabrés.
El resultado es un patrimonio jalonado de propiedades inmobiliarias, extensiones de terreno y la propia farmacia Llabrés de Ses Voltes, cuyos elementos modernistas, únicos en la isla de Menorca, le valieron su catalogación como Bien de Interés Cultural. También fue propietario de una antigua fábrica en Mahón. La vendió y hoy se levanta en el solar el mayor complejo residencial de la ciudad. Hagan cuentas sobre el montante de la operación. Añadan a todo lo anterior que el fallecido era el administrador único de una promotora catalana cuyo capital social supera los 8 millones de euros. A partir de ahí su patrimonio se difumina en multitud de sociedades mercantiles dedicadas a negocios bursátiles y petrolíferos. Huelga decir que hablamos de la mayor fortuna de la isla. Y, por cierto, el hombre era algo desconfiado. Ordenó a su albacea que, en cuanto muriera, cambiara la cerradura de su casa.
Los que temen ahora encontrarse con que la llave no gira son dos jubilados menorquines, inquilinos de uno de los pisos de Balada. Nada más conocer la noticia se mostraron esperanzados de que «los Príncipes no nos echen de casa». No pueden negar que tener como casera a Doña Letizia es para presumir, pero temen verse envueltos en un proceso legal de los gordos. Si la Casa Real aceptara la herencia, algo que Zarzuela aún no ha confirmado, comenzaría un enredo judicial que la minoría de edad de los nietos reales ayudará a trabar aún más.
Pase lo que pase, el deseo de Balada era que todo su patrimonio quede en manos de los herederos al trono, aunque especificó que Don Felipe debe dedicar la mitad a constituir una fundación de interés social. Y, aunque de él no se acordara el difunto en su testamento, el Govern balear se llevará un suculento trozo de la tarta: entre el 34 y el 68% del total, en concepto de impuesto de sucesiones. Balada ha dejado el Plan E a la altura del betún.
Fuente: elcorreodigital.com[/spoiler]
Ya hay que tener los cojones gordos, colega, con la de gente que se muere de hambre. O con todo lo que está pasando en Haití. Menudo borrego.