Qué fue de: Los New Challengers del Street Fighter II
Posted: 21 May 2011, 18:41
Asumir que al Street Fighter II le siguió el Street Fighter III es tan ingenuo (peor, tan ignorante) como creer que al reinado de Carlos I siguió el de Carlos II, o que tras cancelarse El equipo A estrenaron El equipo B. Nada es tan fácil en el mundo de los videojuegos.
En la franquicia de SF, la segunda entrega alcanzó tal éxito que en las secuelas, por no estropear la fórmula, no tocaron ni el número. Así se inició una subsaga de juegos confusamente idénticos, con mínimas diferencias que, mientras no afectaran al carisma nulo de Ryu y Ken o la longitud de la faldita de Chun Li, no estorbaban. Cuando, en uno de esos juegos, Capcom tiró la casa por la ventana y, en un arrebato de innovación, añadió la palabra «Super» al título y cuatro luchadores a la docena existente, pasaron sin pena ni gloria. En manos de un jugador u otro, llegaron a derrotar a M. Bison —«¡’Vega’ en Japón!», exclamará el típico pardillo que presumirá de conocer algo que es vox populi—; conocieron la victoria, pero rara vez el cariño. Excepto una; pero definir como ‘cariño’ la expresión sexual de un nintendero adolescente es idealizarlo mucho: «Nadie quiere a los nuevos… ¡salvo que enseñen cacho!»
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Tras dos mil ediciones más de SFII, los señores de Capcom se decidieron a pasar al siguiente dígito (no sin gran controversia y dimisiones en masa), pero a T. Hawk, Fei Long, DeeJay y Cammy pronto se les despachó con un «Ya te llamaremos». Quien les ha llamado esta semana, en cambio, ha sido el equipo de QFD, que se ha pateado 3 continentes en 7 días para averiguar Qué Fue De ellos.
T. HAWK, el jefe indio (léase «nativo norteamericano»), no logró mantener apartados mucho tiempo a los salvajes capitalistas del territorio de su tribu en México. Pronto se llenó de especuladores, nuevos ricos latinos y domingueros tejanos, más de los que él podría combatir a tortas voladoras en plan «cóndor pasa». Hizo lo necesario para salvar a su pueblo: montar seis casinos, desplumar a los turistas («es más legal que cortarles la cabellera», bromea Hawk, o creemos que bromea, porque siempre pone la misma cara) y comprarse una reserva de cien mil acres en Arizona. Allí cazan el bisonte y conducen Cadillacs plateados.
FEI LONG dio el salto de Hong Kong a Hollywood, empeñado aún en seguir los pasos de su adorado Bruce Lee. A su debut en la poco recordada cinta Cosa letal siguieron Cosa letal II, Cosa letal II Alpha y Cosa letal Turbo Champion Edition. Esta última generó tantas pérdidas que implosionaron las taquillas del cine Odeon, en Los Ángeles. Consagrado como héroe de acción, casado y con dos hijos, ha tomado un giro hacia la comedia familiar y le veremos próximamente en ¡Vaya cosa más letal!, con Jennifer Aniston y uno o dos hijos de Will Smith.
DEEJAY, el jamaicano, dejó la lucha para centrarse en su carrera como músico, donde le pegaban un poco menos. Debutó con su grupo de ska-reggae “The Maximums” en el single You Got No Rhythm (Mon) , producido por Captain Dread. Poco a poco fue virando hacia la electrónica, entró en la club culture, fue un Vengaboy, y ha desarrollado un nuevo estilo de lucha para el que entrena consumieno únicamente agua y éxtasis. En el ring no es capaz de acertarle un puñetazo en la barriga a Edmond Honda, pero se mueve muchísimo, eso sí.
CAMMY fue la única de los cuatro new challengers que tuvo cierta aceptación entre el público. Eso le dio un huequecillo en juegos posteriores, pero desertó poco después al sentirse víctima de la sexploitation imperante en los videojuegos. «Me decepcioné muchísimo cuando me dijeron que los jugadores me escogían no por mi estética coreografía y alta eficiencia defensiva, sino por verme las dos caras de la luna cuando me giraba», lamenta. La pantalla de bonus en que ella y Chun Li luchan en el barro quedó relegada a nivel secreto de uno de los SFII, en una sola plataforma. Muchos de sus fans se han quedado ciegos frente a la consola buscando esa escena. Los otros se han quedado ciegos por guarros.
En la franquicia de SF, la segunda entrega alcanzó tal éxito que en las secuelas, por no estropear la fórmula, no tocaron ni el número. Así se inició una subsaga de juegos confusamente idénticos, con mínimas diferencias que, mientras no afectaran al carisma nulo de Ryu y Ken o la longitud de la faldita de Chun Li, no estorbaban. Cuando, en uno de esos juegos, Capcom tiró la casa por la ventana y, en un arrebato de innovación, añadió la palabra «Super» al título y cuatro luchadores a la docena existente, pasaron sin pena ni gloria. En manos de un jugador u otro, llegaron a derrotar a M. Bison —«¡’Vega’ en Japón!», exclamará el típico pardillo que presumirá de conocer algo que es vox populi—; conocieron la victoria, pero rara vez el cariño. Excepto una; pero definir como ‘cariño’ la expresión sexual de un nintendero adolescente es idealizarlo mucho: «Nadie quiere a los nuevos… ¡salvo que enseñen cacho!»
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Tras dos mil ediciones más de SFII, los señores de Capcom se decidieron a pasar al siguiente dígito (no sin gran controversia y dimisiones en masa), pero a T. Hawk, Fei Long, DeeJay y Cammy pronto se les despachó con un «Ya te llamaremos». Quien les ha llamado esta semana, en cambio, ha sido el equipo de QFD, que se ha pateado 3 continentes en 7 días para averiguar Qué Fue De ellos.
T. HAWK, el jefe indio (léase «nativo norteamericano»), no logró mantener apartados mucho tiempo a los salvajes capitalistas del territorio de su tribu en México. Pronto se llenó de especuladores, nuevos ricos latinos y domingueros tejanos, más de los que él podría combatir a tortas voladoras en plan «cóndor pasa». Hizo lo necesario para salvar a su pueblo: montar seis casinos, desplumar a los turistas («es más legal que cortarles la cabellera», bromea Hawk, o creemos que bromea, porque siempre pone la misma cara) y comprarse una reserva de cien mil acres en Arizona. Allí cazan el bisonte y conducen Cadillacs plateados.
FEI LONG dio el salto de Hong Kong a Hollywood, empeñado aún en seguir los pasos de su adorado Bruce Lee. A su debut en la poco recordada cinta Cosa letal siguieron Cosa letal II, Cosa letal II Alpha y Cosa letal Turbo Champion Edition. Esta última generó tantas pérdidas que implosionaron las taquillas del cine Odeon, en Los Ángeles. Consagrado como héroe de acción, casado y con dos hijos, ha tomado un giro hacia la comedia familiar y le veremos próximamente en ¡Vaya cosa más letal!, con Jennifer Aniston y uno o dos hijos de Will Smith.
DEEJAY, el jamaicano, dejó la lucha para centrarse en su carrera como músico, donde le pegaban un poco menos. Debutó con su grupo de ska-reggae “The Maximums” en el single You Got No Rhythm (Mon) , producido por Captain Dread. Poco a poco fue virando hacia la electrónica, entró en la club culture, fue un Vengaboy, y ha desarrollado un nuevo estilo de lucha para el que entrena consumieno únicamente agua y éxtasis. En el ring no es capaz de acertarle un puñetazo en la barriga a Edmond Honda, pero se mueve muchísimo, eso sí.
CAMMY fue la única de los cuatro new challengers que tuvo cierta aceptación entre el público. Eso le dio un huequecillo en juegos posteriores, pero desertó poco después al sentirse víctima de la sexploitation imperante en los videojuegos. «Me decepcioné muchísimo cuando me dijeron que los jugadores me escogían no por mi estética coreografía y alta eficiencia defensiva, sino por verme las dos caras de la luna cuando me giraba», lamenta. La pantalla de bonus en que ella y Chun Li luchan en el barro quedó relegada a nivel secreto de uno de los SFII, en una sola plataforma. Muchos de sus fans se han quedado ciegos frente a la consola buscando esa escena. Los otros se han quedado ciegos por guarros.