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No había hecho acto de presencia hasta ahora. Castle observaba detenido y se mantenía prudentemente alejado de los hechos ocurridos en la sala. Su método de lucha era arriesgado pero eficaz. Era necesario un primer reconocimiento del enemigo haciendo uso de las fuerzas más débiles y temerarias del grupo. Aunque su actitud parecía un tanto despiadada hacia sus compañeros y cobarde, era realmente era el encargado de curar sus heridas y proporcionarles la suficiente fortaleza física y mental para mantenerlos lúcidos en batalla. Buscaba sacar el verdadero "valor" del guerrero, latente en cada uno de los corazones de sus amigos.
Sabía que sus amigos sufrirían daños, pero en cada fracaso de sus compañeros, el reconocía una victoria. Y cada "victoria" les acercaba al Joker...
- Tenemos que ser la oscuridad... - musitó Castle
Nadie entendió aquellas palabras. Zell se lo llegó a tomar como una ofensa.
Castle se dió la vuelta, alejándose otra vez del grupo. Ellos eran su mundo...
Zell, antiguo miembro de la cofradía CC, aún no salía de su asombro al ver como sus ex compañeros decían esas barbaridades, abducidos por el poder de la oscuridad.
Aunque llevase varios torneos a sus espaldas, Zell no dejaba de ser precavido ante el reto que les planteaban.
Viendo como dejaban heridos a algunos de sus compañeros de equipo, a Zell no le quedó otra que actuar de inmediato, dando un paso adelante dijo:
- Bien, bien, bien. ¡Mi querido Zell por fin aparece! Prepárate para lo que es bueno. :Twisted:
Kitsune estaba sentada en la barandilla de uno de los balcones de los pisos superiores mientras veía divertida cómo se desarrollaba la situación. Estaba esperando el momento oportuno para empezar sus ataques cuando este hecho inaudito la sorprendió y esperó para ver su desenlace.
-¡Leon! Toma esto. Espero que le des buen uso.
Y de este modo, el mensaje del Joker fue debidamente traspasado. La Jota seguía estupendamente sus órdenes.
-Jaja, -Cloud Sprite miró a Nube con altanería- Así que Darkness Cloud contra Cloud of Darkness, Nube contra Nube. Esto promete ser divertido. Veremos quién absorbe a quién. ¿Quién vencerá? mis relámpagos o tus... chispas Un duelo como este merece que bajemos a la zona más oculta de las mazmorras... Allí donde sólo hay humo negro, no sopla el aire y reina una quietud de muerte...
-Pues a ver si ventiláis, - espetó Neo Evanok desde su refugio- ¿es de esa sala de donde viene el olor a chotuno reverbenao o es que aquí no conocéis el rexona?
-Jajajajaja. Veo que ni moribundo pierdes tu patético humor, Neo. Ríe mientras puedas, pronto se encargarán de ti. Nube de oscuridad, la hora ha llegado, acompañame a los abismos del templo. El Vórtice te espera...
Leon estaba arrodillado en un lecho de plumas negras, cuando alguien entró en el patio. Levantó la cabeza rápidamente y clavó su mirada en su nuevo rival.
- Zell... -Leon apretó los dientes y se levantó. Se secó los ojos con la manga de su túnica y se puso rápidamente en guardia- No estoy para juegos ahora mismo, así que más te vale venir preparado, porque no tendré piedad.
Las cartas oscuras se quedaron flotando alrededor de Leon, con un aura más negra de lo normal, como si estuvieran absorbiendo toda la luz a su alrededor. Las cartas se unieron formando una espada negra y emitieron un chillido diabólico cuando Leon salió corriendo al encuentro de Zell.
El primer choque fue fuerte. Cuando la espada negra de Leon chocó contra la Luz que rodeaba a Zell, la onda expansiva separó a los dos contendientes, que cayeron de rodillas. Leon no se tomó tiempo ni para coger aire, el dolor por la pérdida de Kué era demasiado grande y, transformándolo en rabia, cargó de nuevo contra Zell, con más fuerza que antes.
Alcanzó a Zell en un hombro, momento que aprovechó para soltar varios Esqueletos como apoyo. Pero éstos no duraron mucho: el rival era demasiado poderoso, y los eliminó sin demasiados problemas. ¡Fantasmas! ¡Spectros Gi! ¡Barcos Fantasma! Los movimientos de Leon eran demasiado rápidos y no paraba de invocar monstruos oscuros, que poco a poco iban haciendo mella en su rival.
Aún así, el cansancio se hacía notar y el flujo de monstruos cada vez era más lento, y Zell cada vez los evitaba con más facilidad. En un momento que Leon tuvo que parar para coger aliento, Zell le asestó un golpe poderoso con su carta de Helltrain.
Leon cayó de espaldas, malherido. Una imagen de la escena de Squallrukawa matando a Kué pasó por su mente, y le dio fuerzas para levantarse de nuevo. Vio que Zell se había repuesto también, y que su Luz era demasiado fuerte para vencerle.
En ese momento oyó la voz de Kitsune, y supo que tenía todavía una oportunidad. Se preparó para recibir una esfera oscura de su compañera, que entró en su cuerpo y le otorgó un nuevo poder. Un aura morada rodeó su cuerpo, y la gravilla del suelo empezó a levitar a su alrededor.
- Lo siento, Zell, pero esto va a acabar aquí y ahora... ¡¡¡EXTRAER!!!
Leon estiró las manos y unos hilos negros salieron de sus palmas con rapidez, clavándose en el pecho de Zell. Los hilos se activaron y empezaron a succionar la energía vital de Zell, mientras el aura oscura de Leon se hacía cada vez mayor.
Un instante después, la transferencia se cortó y Zell cayó de rodillas. Leon esperó a que se levantara, riendo muy fuerte y, cuando estuvieron colocados de nuevo, listos para continuar la batalla, Leon se colocó en posición de ataque y murmuró unas cuantas palabras. Un humo negro empezó a surgir delante de él, tomando la forma de un dragón oscuro. Leon ya se esperaba la cara de sorpresa de Zell.
- Como ya te he dicho... no tengo tiempo para juegos, tengo cosas importantes que hacer... así que apártate de mi camino YA. ¡EMISARIO DE LA NOCHE!
El dragón que una vez perteneció a Zell se lanzó contra su antiguo maestro, lanzando ataques de una oscuridad más negra que la noche. Unos ataques para los que Zell no estaba preparado, sin duda. Y ésa fue su perdición: la oscuridad de Diablo cubrió el cuerpo de Zell, y cuando se retiró, éste estaba inconsciente.
Leon se acercó a los restos de su antiguo compañero Kué, cogió una de sus plumas negras y se la llevó al corazón.
- Espérame, amigo. En cuanto acabe esto, volveremos a estar juntos.
Leon se agachó y, apoyando una mano sobre el resto de las plumas de Kué, se llevó la otra a la frente y desapareció.
Se materializó de nuevo en la azotea del edificio, lugar al que sólo tienen acceso los cofrades de más alto nivel, y donde se encontraba en esos momentos el Rey, mirando hacia la ciudad.
- Solicito audiencia con mi Rey -Leon se arrodilló teatralmente- Creo que sabes por qué estoy aquí... -Squallrukawa ni se inmutó- ¡Maldita sea! ¡Dígnate a mirarme al menos! -No hubo respuesta- Está bien... tú lo has querido. -Leon invocó de nuevo su espada hecha de cartas- ¡EN GUARDIA, ESCORIA! ¡POR KUÉ!
Godah, extrañado por las oscuras emanaciones de aquel lugar, se inquietó. Llegó tarde, ya habían herido a Zell. Le ayudó a recomponerse y después de recibir noticias de todo lo ocurrido, Godah intentó seguir el rastro de Leon, iracundo, sediento de sangre. No iba a tolerar semejante injusticia. No es que tuviera especial intención de hacer daño a nadie, simplemente quería enmendar las cosas. Apareció a poca distancia de Leon gracias a sus artes furtivas y le ofreció un duelo cara a cara, sin tejemanejes.
-¿Aceptas, aquí y ahora, Leon? Yo (y no él) soy tu rival.
Leon miró a Godah, se dio la vuelta y, de espaldas, envió una esfera oscura que le teletransportó de nuevo al Hall. Despues utilizó su magia para crear una barrera oscura alrededor de la azotea.
Extrañado por aquellas tretas imprevisibles, Godah siguió avanzando con cautela hasta dar con el rastro de otro de sus desafortunados enemigos: Lanamark. Esta vez, en principio, no había terceros.
-Ragunarok, descansa. Ya has batallado suficiente por hoy. Tengo ganas de batirme contra alguien ya. ¿Estás listo, Lanamark?
(El descarado Ragunaroku se mostró firme durante toda la batalla. Fue capaz de seguir el incesante ritmo de Trébol y había conseguido arrinconarlo contra la pared.)
-NOOOOooooOOOo, no puede ser! NO PuedO CAeR toDavÍAAAaAaaAAa!
-Me lo juego todo con este último movimiento! A MÍ SEÑOR DEL INFIERNO!
LLAMAS DEL INFIERNO!!
(De repente, la tierra se partió en dos y de su interior apareció, Ifrit. La bestia parecía estar consumida por la oscuridad y tenía la mirada totalmente encendida. No dudó un instante y se abalanzó sobre Ragunaroku sin perder un segundo, con una fiereza y una sed de sangre pavorosa. Ragunaroku recibió el ataque de lleno y mientras se consumía en aquellas llamas oscuras, lanzó su último ''as'' con lo que logró reponerse y dejar a Trébol en las mismas condiciones.)
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-BASTA! Maldita seas, ¿no te mueres nunca o qué?
-Vuelve Ifrit Oscuro, es suficiente por hoy. La suerte me sigue sonriendo pero no debo abusar de ella... -No olvidaré esta humillación, VOLVERÉ!
-Luz y Oscuridad, las dos caras de la moneda. ¿Por quién se decantará el azar? (Se escuchaba en la lejanía.)
(Y mientras cubría su figura con su ajironada capa, Trébol optó por cambiar de instancia y se dirigía hacía el mausoleo de la Cofradía, lugar donde descansan los más célebres jugadores de Triple Triad que el mundo haya visto jamás. Necesitaba poner sus pensamientos en orden...
Al llegar al mausoleo, derribó el oxidado candado con una patada y la puerta se arrodilló ante él. Una vez dentro, se tumbó en una lápida y susurró:)
-Su voz... ¿Por qué la escucho ahora?
PD: (Off rol, Perdona Godah , es que no te había visto y por aquí dicen que paso de ti aún habiéndote citado por privado, así que dejo constancia de que acepto el duelo en cuanto rolees la escena en que vienes pacah, yatusabeh.)
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