"No. El también formaba parte de la cofradía CC. Era uno de los guardianes y defensores del mundo."
Debía existir luz en él. Tenía que existir. O al menos eso pensaba este joven novato aparecido de la nada. Tenía que llegar a él como fuera. Tenía que encontrar el origen de aquel vórtice de maldad y oscuridad.
Pappapishu parecía estar cansado, y era su oportunidad. Puede que estuviese escondido, o protegido por los cofrades oscuros, pero había algo que le decía donde estaba, así que comenzó a correr hacia él con la intención de acabar con todo esto.
Se detuvo en seco. Las voces de sus compañeros se oían en la distancia. Toda luz se había apagado, ¿cómo iban a luchar si no veían lo que tenían delante?. No podía dejarles así, pero tampoco podía dejar escapar la oportunidad de atacar al joker.
Durante los siguientes segundos miles de pensamientos pasaron por su cabeza, hasta que llegó a la conclusión de que habría más oportunidades. Su prioridad ahora era ayudar a los guerreros de la luz.
Sin saber apenas lo que hacía, juntó las manos y cerró los ojos, dejando fluir su energía, y con un brillo de determinación en los ojos, creó una gran esfera luminosa que se alzaba en el centro de la esfera de oscuridad. Contempló la esfera con una cansada sonrisa y luego se giró con la intención de ir a por Pappapishu, pero al primer paso cayó rendido. Ya no podía dar un paso más.
Sacó sus cartas y las observó
"Estoy agotado. Ahora vosotras sois mi única defensa"