Relato: DuO

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Reno
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Relato: DuO

Post by Reno » 06 Aug 2011, 01:08

Bueno me animo a poner el primer relato que hice, lo comencé cuando tenía 15 o 16 años y bueno a sufrido muchos parones. El caso es que ahora lo estoy re-editando desde el principio, llevo como unos 52 capitulos con 211 paginas hechos, y aun le queda bastante, ire poniendo un capitulo cada día. No pongo todo el relato de golpe por que tengo que volver a leermelo y editarlo.

Bueno os explico que esto al principio quise hacerlo un FFXV, pero al final lo hice un relato normal y quise hacer un mundo nuevo y esas cosas, de ahi los barcos voladores. Luego mas adelante dado lo mucho que me gustaban los personajes quise hacer un manga (dibujandolo), pero no salio bien ya que los dibujantes que encontre no estaban muy por la labor. Finalmente decidi continuarlo. Os pongo algunos dibujos que me hicieron de los personajes:

[spoiler]Hitsu:

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Zant:

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Bueno os dejo el relato:

Dúo


>Prologo:

Tiempo atrás, en un mundo llamado Egea, en una era entre la edad media y la era moderna, barcos voladores, armas de fuego y espadas, un demonio muy poderoso surgió del inframundo devastando todo lo que salió a su paso, llenó todo el mundo de oscuridad. A dicho demonio solían llamarlo “Bastarg”. En Egea existían unos dioses mitológicos que protegían Egea: Gigas dios de la muerte, Zéonor amo de los cielos, Poseidon señor de los mares, Zeus dios del trueno, Tang amo de la tierra, Fénix dios del fuego y el renacimiento; y Lazara señora de la luz. Esos siete dioses que velaban por Egea se enfrentaron al demonio, pero sin posibilidades ante su tremendo poder, decidieron unir sus fuerzas para poder encerrarlo en un objeto que se convertiría en maldito. Y lo consiguieron, aquel poder maléfico quedó sellado, pero aquella unión que utilizaron para sellarlo era como una espada de doble filo, tuvieron que adoptar forma en el mundo humano ya que habían consumido toda su energía. Del objeto maldito no se supo nada, fue bien guardado en el mundo humano.


Un milenio después nadie se acordó de lo ocurrido, en el continente sur, había dos reinos que se enfrentaban desde hacia muchos años, Crosiana y Osiria. En Crosia, capital del imperio crosiano, una ciudad colocada sobre una montaña, el ejercito de Osiria estaba atacando la capital, todo estaba en llamas, los defensores se atrincaban en las puertas del castillo para que no pasasen, habían dejado los niveles inferiores a merced de los soldados en vista de la clara desventaja que tenían, el cielo era de color carmesí sangre, estaba anocheciendo, se escuchaban los gritos de la gente que huía de la zona, que perdían la vida defendiendo a sus seres queridos.
Esta guerra ya duraba varios años, la sed de poder del rey de Osiria no tenia fin, la guerra ya estaba durando mucho tiempo.

Unos soldados entraron en una casa.
-Que nadie se mueva! -Dijo un soldado, la casa era de un pobre mercader y sus hijos.
-No les hagáis daño a los niños-Dijo el mercader seriamente, detrás suyo tenia a sus dos hijos, uno de ellos no debería tener mas de cuatro años, el otro el mayor tendría sobre los seis años– Llevadme a mi- Mientras tanto alguien mas entró, llevaba un conjunto de armaduras diferente a los otros soldados, era una persona de pelo largo y mirada seria.
-¿Que tenemos aquí?- Pregunto el hombre.
-Oh capitán, son un adulto y dos niños- Dijo el soldado. El hombre los miro fijamente a los tres durante unos segundos.
-Dejadlos, son solo civiles. Tenemos que ir al castillo- Dijo el capitán.
Los soldado bajaron sus armas y se disponían a irse, pero el mercader cogió una espada que tenía en un rincón.
-Tapaos los ojos hijos- Dijo el padre que atacó por la espalda a los soldados, clavando primero su espada en uno, los otros tres se dieron cuenta y le atacaron al mismo tiempo, pero el padre era bastante bueno con la espada y les paró a los tres la embestida, se deshizo de ellos en poco tiempo. Poco duro su rebeldía, antes de darse cuenta fue atravesado por la espada del capitán, el hombre cayó agonizante. El hermano mayor fue el único que presenció al acto, fue rápidamente a taparle los ojos a su hermano menor antes de que se le ocurriera mirar.
-¿Hermano que esta pasando?- Dijo el hermano menor.
-No pasa nada- Dijo el que no podía evitar las lagrimas, el tampoco sabía que pasaba. Mas soldados llegaron a la casa y vieron los muertos que había en la casa.
-Llevaos a los niños de aquí- Dijo el capitán, los soldados cogieron a los niños pasando por encima del cuerpo moribundo de su padre, este intentaba levantar sus manos para cogerlos, pero ya no tenía fuerzas, sus parpados se cerraban viendo como sus hijos eran capturados...

Aquí empezaba la historia, lo que no sabían esos soldados es que habían cambiado el futuro de Egea.



>Capitulo 1: El recado.

Jéruga, pasaron 14 años después de el incidente en Crosia, era una ciudad donde dominaba la tiranía, estaba construida claramente en tres partes: la zona residencial, donde vivían la mayoría de los ciudadanos; los subterráneos, donde vivían los desamparados, donde robar era la ley y que si no la cumplías acababas cayendo ante ella. Acostumbrados a robar a los ciudadanos de la zona residencial, ni robando tenían dinero suficiente para menguar el hambre al menos un día mas, la única manera de conseguir un buen botín era robando a un burgués, que no se dejaban ver por esas zonas. La ultima zona era la que había detrás de la fortaleza del castillo, donde había una amplia zona de casas construidas con piedras, en donde vivían los burgueses, hombres de increíble riqueza, en donde vivía el rey y sus súbditos, en definitiva una zona nada comparable a la pobreza de las otras.

Era de noche, se veía a un muchacho con pelo negro y ojos rojos dirigirse a una taberna, la taberna de “El enano valiente”, entró y miró a su alrededor, vio a unos hombres y enanos en un mesa bebiendo licor de baco, uno de los enanos estaba apostando con uno de los hombres a ver quien aguantaba mas. En otra mesa vio a otro hombre, estaba solo, por las canas parecía ya entrado en años, con barba y pelo grises de la vejez, envuelto en una capucha.

El muchacho se acercó a la barra.
-Una cerveza fría- Dijo el muchacho con naturalidad.
-Sabes que no me gusta venderte cerveza muchacho-Dijo el tabernero que ya lo conocía.
-Me la sirves todos los días, dame la cerveza de una maldita vez, ¿Quieres el dinero no? Para eso trabajas- El tabernero se calló para servirle la cerveza. Mientras tanto el enano había ganado el duelo con el hombre en la otra mesa y el viejo seguía sentado sin moverse- Toma aquí tienes dos cuarzos- Dijo el muchacho poniendo dos en la barra. Los platinos era lo mas preciado en la zona residencial, y sin decir lo que valen en los subterráneos, solo tres personas podían conseguirlos, los cazarrecompensas, que trabajaban para ricachones o gente de otros países; los burgueses o ricachones, y los ladrones que robaban a los burgueses. La moneda mas común en la zona residencial era el cuarzo. Un platino equivalía a 20 cuarzos.

El muchacho comenzó a beber, se giró y vio que el viejo había salido ya.
-Hola muchacho, como te llamas?– El muchacho se giro de imprevisto y vio al viejo que se pensaba que se había ido, al no haber notado su presencia casi se atragantaba.
-¿Te interesa mi nombre?- Dijo recuperando la voz.
-Puede ser- En su cara sonriente se veía un gran interés en el muchacho.
-No te conozco, dime que quieres y te diré mi nombre- Dijo directamente.
-Vaya que serio, con lo joven que eres- Le dijo- No deberías beber cerveza desde tan joven, acabarás mal.
-Creo que ya tengo edad para beber- El muchacho tenia cerca de 20 años, tenia una mentalidad y una madurez impropias de su edad.
-Era una broma- Ríe- Me llamo Frek Balder y busco un cazarrecompensas para que me haga un “recado”, te he estado estudiando durante un tiempo.
-Yo no suelo hacer cualquier “recado”, además como sabes que soy cazarrecompensas?- Pregunto extrañado mientras echaba un trago.
-La información vuela en esta ciudad, es fácil encontrar a una persona si la buscas- Hizo una sonrisa aun mas amplia que las anteriores- Se que eres muy bueno y que no haces cualquier recadito, por eso vine a buscarte, ¿Eso resuelve tus dudas?.
-No todas... pero me conformo, explícame de que va.
-De acuerdo, pero antes dime tu nombre.
-Sabes perfectamente mi nombre- Contestó seriamente.
-Cierto -Ríe- Te pregunto el nombre por si estaba equivocándome de persona.
-Me llamo Zant Crosas- Zant estaba empezando a sospechar del viejo, pero así era su trabajo, hacia misiones a cambio de dinero sin conocer la identidad del contratante- Seguro que si has oído hablar de mi no soy el único al que buscas, ¿Me equivoco?.
-Así es- Dijo saboreando la cerveza.
-Bien te llevare con el y por el camino me explicas de que trata ese “recado”, por que aun no te he dicho que vaya a aceptar, no acepto cualquier misión-Dijo Zant

Salieron de la taberna, esta taberna era frecuentada por todos los cazarrecompensas para buscar clientes, y lo mismo con estos. El viejo comenzó a explicar los detalles de la misión.
-Antes tengo que decirte que esta misión es bastante arriesgada y peligrosa, pero dada vuestra experiencia a pesar de lo jóvenes que sois me parece suficiente, no hay nadie mejor en esta ciudad- Frek tenía razón, Zant y su hermano era los cazarrecompensas mas famosos de la ciudad, se les conocía como el ying y el yang, se habían enfrentado a grandes peligros, como por ejemplo, un dragón en una misión para conseguir una de sus escamas, eran muy valiosas, se las pidió un cliente- Te explico, estoy buscando un objeto muy valioso en el castillo de Jéruga, es muy importante conseguirlo, se trata de un arma que aun no ha sido utilizada por el ejercito de Jéruga, a si que por eso es tan importante- Continuó explicando, Zant se dio cuenta pronto de que no era una misión cualquiera- Necesito que la consigas, se trata de la gema del mañana, es única y tiene un poder destructivo capaz de arrasar una ciudad, se dice que viene de los dioses y que se les cayo del cielo, se encuentra en la sala del tesoro en el castillo, no es fácil llegar, os guiare por un atajo, pero no te diré para que la quiero, solo necesito que la consigas, ¿Algún problema? – Dijo Frek.
-Ninguno -Zant pensó “Este tío es mas importante de lo que parece, ¿Para que querrá una gema con semejante poder? Es la primera vez que escucho que Jeruga cuenta con un arma así”- Hemos llegado ya.
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Re: Relato: DuO

Post by Sinh » 03 Sep 2011, 19:59

Está bastante bien. Faltan algunas tildes y hay algún pequeño error (como poner "de el" en lugar "del"). Pero hay una cosa que habla a favor de tu relato, y es que te deja con ganas de saber cómo sigue. Hay novelas que tardan mucho en engancharte, pero en tu caso, a pesar de que no has puesto mucho, te incita a saber cómo sigue.

Yo por mi parte te animo a que sigas posteando lo demás.
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Re: Relato: DuO

Post by Reno » 03 Sep 2011, 23:26

Gracias por tu comentario Sinh, aquí estan el capítulo 2 y 3





Capitulo 2: La resistencia.

Picaron a la puerta, abrió el hermano menor de Zant, Hitsu. Era un chaval alto como su hermano, pelo blanco como la nieve y de ojos azules. Tenía 18 años mas o menos.
-Hitsu tenemos trabajo- Zant Le dijo a su hermano mientras se sentaba en la silla acomodándose.
-¿Quien es este tipo? -Preguntó.
-Me llamo Frek Balder, os necesito para una misión muy importante- El viejo se sentó, empezó a contarle de que iba la misión. Hitsu, nada mas contarle el viejo de que iba la misión pensó que era una locura.
-Eso es imposible, nadie puede entrar en el castillo, esta muy vigilado- Dijo Hitsu.
-Difícil, pero no imposible, como ya dije tengo un atajo que os llevara al castillo, solo os encontrareis con unos pocos guardias y es el mejor camino que hay -Explicó claramente el viejo. Zant estaba sentado y callado pensando en sus cosas, mientras Hitsu discutía con Frek.
-De cuanto dinero estamos hablando?- Insinuó Hitsu.
-Digamos...- Se quedo pensando- 200 platinos.
-¿Arriesgar nuestras vidas te parece poco? Que no es poco, pero la misión vale mucho mas que eso, además ni si quiera me has dicho para que quieres esa gema, ni quien eres.
-Soy Frek Balder ya te lo he dicho y mis intenciones con la gema no es asunto vuestro -Le mostró una falsa sonrisa.
-Yo no acepto encargos sin saber antes de las intenciones que tienen los que me contratan, y mucho mas persiguiendo un objeto tan peligroso, a mi hermano le dará igual pero siempre soy yo el que acepta las misiones, a si que no haremos nada si no nos dices antes para que la quieres-Dijo seriamente Hitsu, era poco habitual en el ser tan serio, siempre era simpático y amigable.
-Bien no me dejas opción... - Se calló unos segundos y luego se levantó- ¡Nos vemos mañana por la noche en la plaza de las fuentes! -Dijo rápidamente y se fue hacia la puerta sin hacer caso a lo que dijera Hitsu.
-¡Pero serás hijo de...!- Y se cerro la puerta- Sera malnacido- Hitsu se quedó en silencio, pensando... a lo que su hermano salió.
-¿Que harás? tiene pinta de tener mucho dinero- Dijo su hermano mirando al techo impasible.
-Sabes de sobra que no acepto misiones así.
-Te diré una cosa, me he fijado en un anillo que tenia puesto.
-¿Un anillo? ¿Por que?- Preguntó Hitsu.
-Ese anillo tenia el logotipo de una conocida organización, se hacen llamar La Resistencia, que se dedica a conspirar contra el rey- Su hermano escuchaba atento- además en la taberna se me acerco sin que yo me diera cuenta, eso nunca me ha pasado, esa persona no es normal. Quiere una gema de temible poder, es sigiloso, trabaja para la resistencia y además tiene una sonrisa de lo mas peliaguda - Le explicó a su hermano.
-A si que resistencia -Dijo Hitsu pensativo.
-Podría servirnos.
-Cierto, no lo había pensado, iremos- Dijo mientras se levantaba para irse a la habitación, Zant se quedo satisfecho de haberlo convencido- ¿Iras a encargarte de eso mañana?.
-Si, no te preocupes- Le Dijo a Hitsu y este se fue a su habitación. Zant se quedo pensativo, sabía que esta era su oportunidad para vengarse del imperio osiriano, nunca les perdono la muerte de su padre hace diez años, vive con el recuerdo de su muerte, su hermano no lo vio por que le tapo los ojos, eso en parte le ayudo a no llevar semejante carga. Se levantó y se decidió para irse a descansar

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Frek caminaba por el pringoso suelo de la zona residencial, por el camino se encontraba a los vagabundos del subterráneo, que por las noches subían a robar a los valientes que se atrevieran a caminar por la noche, era la parte del día mas peligrosa, nadie se atrevía a salir.
Mientras caminaba pensaba “Creo que sospechan algo de mi, aunque pronto se enteraran” . Mientras pensaba unos bandidos se acercaron a el por la espalda, no tenían escrúpulos, mataban por comida. Frek seguía pensativo, uno de ellos se adelanto para clavarle la daga por detrás, cuando la punta ya casi rozaba el cuerpo demacrado del hombre, una mano apareció para detener su avance.
-Hombre Bárragas, ya era hora de que aparecieras, pensaba que me iban a matar -Dijo Frek.
-Que sea la ultima vez que haces esto, sabías que lo tenías detrás- El aun tenia agarrada la mano del bandido, le quitó la daga apretando fuerte su brazo para que la soltara y le dio un puñetazo en el estomago, salió volando hacia sus compañeros, eran cuatro bandidos, no era un numero muy alto- Si queréis seguir con vida unos días mas será mejor que os vayáis a buscar a otro- Estos se fueron corriendo, nadie en su sano juicio se atrevería a plantarle cara a semejante gorila, imponía con su mirada. Era grande y robusto, de cara seria, parecía que estuviera siempre enfadado, llevaba muchos colgantes de oro y una densa barba negra, no tenia pelo en la cabeza salvo un poco detrás, era bastante moreno, quizás por el calor asfixiante del lugar del que provenía.
-Siempre con esa cara de pocos amigos- Sonrió Frek.
-bah... ¿has hecho aquello?- Preguntó.
-Si, mañana estarán en el punto de encuentro, no me dijeron que vendrían, pero estoy seguro de que vendrán, tienen sus propios motivos.
-Espero que no te hayas equivocado, ya sabes lo que pasara si fracasamos en la misión, espero que sepan luchar.
-Sabrán, no te preocupes- Dijo otra vez sonriendo, su sonrisa era de lo mas impredecible, no se sabia que es lo que pensaba- Bien vayámonos, mañana será un día muy largo.



Capitulo 3: Dos mentes distintas.

Amaneció, Hitsu fue el primero en levantarse, se vistió, sus ropas eran unos pantalones de cuero azules atados con un cinturón, en el cual había unas cartucheras para las pistolas. Bajó las escaleras y se dirigió al sótano de la casa, abrió un cofre que había, cogió dos pistolas de plata que había con una inscripción, se fue para la puerta y salió a la calle.
Por el camino pensaba preocupado “Espero que no le pase nada a Zant” Hitsu tenia que prepararse bien para la misión a si que fue a la zona del mercado, donde había muchas tiendas para comprar objetos útiles, armas y mas utensilios. Vio un cartel de una tienda, “El escudete” y entró. En la tienda había todo tipo de objetos y armas: bombas de humo, granadas, cargamento, pistolas, espadas, escudos, armaduras, etc... desde que se inventaron las armas a pólvora estaba muy de moda comprarse una pistola, aunque no eran demasiado efectivas.
-Necesito unas cuantas bombas de humo, dardos tranquilizantes...y un canuto para los dardos esta claro- Bromeaba con la dependienta- y por ultimo esa espada de ahí, a mi hermano le gustara- Se fijó en la espada que estaba colgada, no era muy grande, tenia un filo con curvas visto de frente y una punta muy afilada.
-Muy bien aquí tienes, son 60 cuarzos-Dijo la dependienta.
-Bien toma 3 platinos- La mujer no se lo esperaba.
-Vaya.. 3 platinos... como un chaval como tu tiene esto?-Le preguntó.
-Tranquila no los he robado -Añadió con un pequeño guiño y se fue, la mujer se quedo mirando a la puerta atónita. Una vez comprado todo lo que necesitaba se dirigió a casa, por el camino paso por el punto de encuentro, la plaza de las fuentes, una plaza donde había muchos mercados y que durante el día estaba infestada de gente de todo tipo. Aun quedaba día para hacer varias cosas, como comprar comida. Una mano tiro de su chaqueta.
-¡Hola Hitsu!- Saludó un niño de menos de 10 años.
-¡Denzel! ¿Como estas? Pensaba que te habías ido a otra ciudad- El niño moreno de ojos marrones negó con la cabeza.
-No, mis padres están demasiado ocupados con la taberna- El niño además del trabajo de sus padres se dedicaba a robar en los tenderos del mercado que había cerca de la plaza- Mira lo que he conseguido- Abrió su mano y enseño un frasquito pequeño- Son gotas de rocío, si te hechas un poco en la cabeza cuando estas muy cansado, al instante te recuperas, la cogí prestada en el tendero de ahí.
-¿Prestada?- Miro fijamente a Denzel- Yo mas bien diría robada.
-Es igual, ahora lo tengo yo- Giro la cabeza con gesto orgulloso- Pienso venderla por una buena cantidad de cuarzos en algún otro tendero. El lo vendía a 100 cuarzos- Hitsu hizo un gesto rápido y le quito el frasco a Denzel- ¡Eeeeee... que eso es mío!.
-Tengo una idea, te lo compro yo por 2 platinos, ¿Que me dices?.
-Mmmmmm... pensaba venderla por mas, pero como eres tu y me pagas con platinos te la daré.
-Aquí tienes tus 2 platinos – Sonrió Hitsu.
-¿A donde vas ahora? ¿Tienes alguna nueva aventura o misión? No te olvides de contármelo todo- El niño preguntaba con ojos deseosos de saber de sus aventuras, Hitsu siempre le había contado todas sus batallitas y el niño siempre le escuchaba, eran muy amigos.
-Pues esta noche tengo una misión, no te puedo decir nada ahora, pero te prometo que volveré para contártelo.
-Dame una pista “por fa”- Suplicó Denzel.
-Ahora no, tengo que irme, nos veremos Denzel- Se despidió frotándole el pelo con su mano.
-Vale... pero vuelve pronto eh –Dijo decepcionado. Hitsu empezó a andar, por el camino vio que se acercaba un tendero hacia el niño, este empezó a correr.
-¡Detened a ese niño, me ha robado! -Cuando paso por el lado de Hitsu este torció su pierna e hizo caer al tendero de forma estúpida, todos los de los alrededores se rieron.
-¡Anda perdona! no te vi- Mintió Hitsu, con la broma le dio tiempo a escapar a Denzel.
-¡Maldito bastardo!- Se fue refunfuñando el tendero.

Hitsu se dirigió a casa y picó a la puerta, se fue a ver si estaba su hermano en la habitación, abrió y no estaba “Se habrá ido ya”. Hitsu fue a por la comida que tenían guardada y empezó a comer para reponer fuerzas antes de la misión, por que las necesitaría. Era mediodía y Pensó en como le iría a su hermano.


Zant caminaba por las calles de la ciudad, llevaba ropa de cuero negra, una espada grande y un saco en la mano, se dirigía a la taberna del “Enano valiente” otra vez, había quedado. Por los callejones iba viendo a gente tirada por el suelo, unos por el hambre, otros por que perdieron hace días la vida, nadie se molestaba en recogerlos. Entró en la taberna, parecía buscar a alguien, la taberna estaba a rebosar a si que no era fácil encontrar a la persona que buscaba, pero la vio, estaba en una mesa bebiendo solo.
-Hola Zant, ¿Has traído el dinero?- Dijo el hombre, que era gordo, calvo y bajito, Zant se fijo en su alrededor, había varias personas mirándole, que no se molestaban en disimular.
-Veras, solo he traído 100 platinos, no he podido reunir mas- Dijo Zant poniendo un saco lleno sobre la mesa. Al hombre se le empezó a enrojecer la cara de furia.
-Zant, Zant, Zant, te he estado cuidando todos estos años, te he ofrecido trabajo y casa donde vivir, tan solo te he pedido una cosa, que me trajeras siempre el dinero a tiempo, ahora te he pedido 200 platinos, ¿y tu que haces? Me traes 100, ¿te parece bonito?.
-Mire Don meyas, le traeré el dinero en cuanto vuelva de mi ultima misión, tan solo pido que tenga paciencia, Zant fue sacando una daga que tenia en la parte baja del pantalón.
-La paciencia se me acabó hace mucho tiempo- Se le empezaba a hinchar la vena de la frente- por eso creo que vas a morir aquí y ahora- El hombre hizo un gesto y se levantaron las personas que miraban antes a Zant, apuntando con sus pistolas.
-Bien, he estado esperando este momento durante mucho tiempo- Se levantó, estaba rodeado por 3 personas, un movimiento en falso y los asesinos le dispararían.
-¿Como dices?- Preguntó Don meyas extrañado de la confianza de Zant.
-Te seré sincero, no he traído nada, he venido para liberarnos a mi hermano y a mi- Zant llevaba la espada en su espalda y bombas de humo, había venido preparado, antes de dirigirse a la taberna se había pasado por una tienda para comprarlas.
-Me parece que no te das cuenta de la situación- Lo siguiente pasó muy rápido, Zant cogió una de sus bombas de humo, la lanzo al suelo y se agacho para evitar los disparos, en un destello se cargo a dos, uno lanzándole al corazón la daga que tenia en el pantalón, otro murió de un disparo de otro compañero al haberse agachado Zant. A pesar de la humareda Zant tenia una gran intuición y daba igual si no veía. Después de eso le quito la pistola de una patada al que quedaba y a continuación le propino otra en el pecho para que cayera al suelo, aun quedaban rastros de humo, aprovechando eso se acerco al hombre que había tirado, apenas había pasado un minuto, este se levantó y empezó a pelear nervioso viendo solo una silueta de lo que parecía ser Zant, lanzo el primer puñetazo con la izquierda hacia la cara de Zant, este lo esquivo fácilmente sin inmutarse, el siguiente derechazo del matón lo paro con la mano, apretó con mucha fuerza su mano para que gritara de dolor, se puso detrás de el y le dislocó el hombro, no paraba de gritar, por ultimo puso fin a su sufrimiento rompiéndole el cuello.
Después de esta muestra de rapidez y eficacia se fue hacia Don meyas, pero ya no estaba, aprovecho la distracción para escapar “Mierda, maldito cobarde” pensó Zant.

La gente de la taberna se quedo asombrada con lo que había pasado, no habían visto nada por culpa del humo, solo vieron a los cadáveres por el suelo, tan solo fue un minuto pero se quedaron paralizados por como Zant había matado a esos tres matones en tan poco tiempo y en las condiciones en las que estaba. Después de la matanza se fue hacia casa, tenia hambre, aun tenia en la lengua el sabor a cerveza de ayer, no había comido desde entonces y en las ropas tenia restos de sangre... “Como lo pille me lo cargo”. Don meyas era un famoso comerciante que se dedicaba a ofrecer trabajos a los cazarrecompensas, también suministraba alimentos a la ciudad, eso si, chantajeando a la gente. Desde que llegaron los hermanos Crosas, este les había ofrecido casa y trabajo, pero a medida que crecían les pedía dinero, cada vez mas, hasta llegar a un punto en que los amenazaba de muerte. Zant se harto de esto y decidió acabar con el, ya que no estarían seguros nunca, el hombre tenia el control de la zona y matones a su cargo.

Zant llego a casa y su hermano le abrió.
-¿Lo has hecho? - Pregunto Hitsu.
-No, era mas listo de lo que parecía- Empezó a explicarle todo lo ocurrido.
-Maldita sea, ahora empezara a perseguirnos, y no con tres matones, sino con todo su grupo- Dijo Hitsu.
-No te preocupes, ya pensaremos en un plan después de la misión- Dicho esto cogió un buen trozo de carne que había hecho su hermano y empezó a comer, al poco tiempo su hermano le siguió en la mesa. Ahora mismo Zant no pensaba en otra cosa que en sus objetivos, a si que solo pensaba en la misión, le daba igual el cobarde de Don meyas comparado con su venganza.

Cuando acabaron de comer empezó a anochecer, era la hora de marchar, cogieron todo lo que habían comprado y se fueron al punto de encuentro.
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