Bueno os explico que esto al principio quise hacerlo un FFXV, pero al final lo hice un relato normal y quise hacer un mundo nuevo y esas cosas, de ahi los barcos voladores. Luego mas adelante dado lo mucho que me gustaban los personajes quise hacer un manga (dibujandolo), pero no salio bien ya que los dibujantes que encontre no estaban muy por la labor. Finalmente decidi continuarlo. Os pongo algunos dibujos que me hicieron de los personajes:
[spoiler]Hitsu:

Zant:

Bueno os dejo el relato:
Dúo
>Prologo:
Tiempo atrás, en un mundo llamado Egea, en una era entre la edad media y la era moderna, barcos voladores, armas de fuego y espadas, un demonio muy poderoso surgió del inframundo devastando todo lo que salió a su paso, llenó todo el mundo de oscuridad. A dicho demonio solían llamarlo “Bastarg”. En Egea existían unos dioses mitológicos que protegían Egea: Gigas dios de la muerte, Zéonor amo de los cielos, Poseidon señor de los mares, Zeus dios del trueno, Tang amo de la tierra, Fénix dios del fuego y el renacimiento; y Lazara señora de la luz. Esos siete dioses que velaban por Egea se enfrentaron al demonio, pero sin posibilidades ante su tremendo poder, decidieron unir sus fuerzas para poder encerrarlo en un objeto que se convertiría en maldito. Y lo consiguieron, aquel poder maléfico quedó sellado, pero aquella unión que utilizaron para sellarlo era como una espada de doble filo, tuvieron que adoptar forma en el mundo humano ya que habían consumido toda su energía. Del objeto maldito no se supo nada, fue bien guardado en el mundo humano.
Un milenio después nadie se acordó de lo ocurrido, en el continente sur, había dos reinos que se enfrentaban desde hacia muchos años, Crosiana y Osiria. En Crosia, capital del imperio crosiano, una ciudad colocada sobre una montaña, el ejercito de Osiria estaba atacando la capital, todo estaba en llamas, los defensores se atrincaban en las puertas del castillo para que no pasasen, habían dejado los niveles inferiores a merced de los soldados en vista de la clara desventaja que tenían, el cielo era de color carmesí sangre, estaba anocheciendo, se escuchaban los gritos de la gente que huía de la zona, que perdían la vida defendiendo a sus seres queridos.
Esta guerra ya duraba varios años, la sed de poder del rey de Osiria no tenia fin, la guerra ya estaba durando mucho tiempo.
Unos soldados entraron en una casa.
-Que nadie se mueva! -Dijo un soldado, la casa era de un pobre mercader y sus hijos.
-No les hagáis daño a los niños-Dijo el mercader seriamente, detrás suyo tenia a sus dos hijos, uno de ellos no debería tener mas de cuatro años, el otro el mayor tendría sobre los seis años– Llevadme a mi- Mientras tanto alguien mas entró, llevaba un conjunto de armaduras diferente a los otros soldados, era una persona de pelo largo y mirada seria.
-¿Que tenemos aquí?- Pregunto el hombre.
-Oh capitán, son un adulto y dos niños- Dijo el soldado. El hombre los miro fijamente a los tres durante unos segundos.
-Dejadlos, son solo civiles. Tenemos que ir al castillo- Dijo el capitán.
Los soldado bajaron sus armas y se disponían a irse, pero el mercader cogió una espada que tenía en un rincón.
-Tapaos los ojos hijos- Dijo el padre que atacó por la espalda a los soldados, clavando primero su espada en uno, los otros tres se dieron cuenta y le atacaron al mismo tiempo, pero el padre era bastante bueno con la espada y les paró a los tres la embestida, se deshizo de ellos en poco tiempo. Poco duro su rebeldía, antes de darse cuenta fue atravesado por la espada del capitán, el hombre cayó agonizante. El hermano mayor fue el único que presenció al acto, fue rápidamente a taparle los ojos a su hermano menor antes de que se le ocurriera mirar.
-¿Hermano que esta pasando?- Dijo el hermano menor.
-No pasa nada- Dijo el que no podía evitar las lagrimas, el tampoco sabía que pasaba. Mas soldados llegaron a la casa y vieron los muertos que había en la casa.
-Llevaos a los niños de aquí- Dijo el capitán, los soldados cogieron a los niños pasando por encima del cuerpo moribundo de su padre, este intentaba levantar sus manos para cogerlos, pero ya no tenía fuerzas, sus parpados se cerraban viendo como sus hijos eran capturados...
Aquí empezaba la historia, lo que no sabían esos soldados es que habían cambiado el futuro de Egea.
>Capitulo 1: El recado.
Jéruga, pasaron 14 años después de el incidente en Crosia, era una ciudad donde dominaba la tiranía, estaba construida claramente en tres partes: la zona residencial, donde vivían la mayoría de los ciudadanos; los subterráneos, donde vivían los desamparados, donde robar era la ley y que si no la cumplías acababas cayendo ante ella. Acostumbrados a robar a los ciudadanos de la zona residencial, ni robando tenían dinero suficiente para menguar el hambre al menos un día mas, la única manera de conseguir un buen botín era robando a un burgués, que no se dejaban ver por esas zonas. La ultima zona era la que había detrás de la fortaleza del castillo, donde había una amplia zona de casas construidas con piedras, en donde vivían los burgueses, hombres de increíble riqueza, en donde vivía el rey y sus súbditos, en definitiva una zona nada comparable a la pobreza de las otras.
Era de noche, se veía a un muchacho con pelo negro y ojos rojos dirigirse a una taberna, la taberna de “El enano valiente”, entró y miró a su alrededor, vio a unos hombres y enanos en un mesa bebiendo licor de baco, uno de los enanos estaba apostando con uno de los hombres a ver quien aguantaba mas. En otra mesa vio a otro hombre, estaba solo, por las canas parecía ya entrado en años, con barba y pelo grises de la vejez, envuelto en una capucha.
El muchacho se acercó a la barra.
-Una cerveza fría- Dijo el muchacho con naturalidad.
-Sabes que no me gusta venderte cerveza muchacho-Dijo el tabernero que ya lo conocía.
-Me la sirves todos los días, dame la cerveza de una maldita vez, ¿Quieres el dinero no? Para eso trabajas- El tabernero se calló para servirle la cerveza. Mientras tanto el enano había ganado el duelo con el hombre en la otra mesa y el viejo seguía sentado sin moverse- Toma aquí tienes dos cuarzos- Dijo el muchacho poniendo dos en la barra. Los platinos era lo mas preciado en la zona residencial, y sin decir lo que valen en los subterráneos, solo tres personas podían conseguirlos, los cazarrecompensas, que trabajaban para ricachones o gente de otros países; los burgueses o ricachones, y los ladrones que robaban a los burgueses. La moneda mas común en la zona residencial era el cuarzo. Un platino equivalía a 20 cuarzos.
El muchacho comenzó a beber, se giró y vio que el viejo había salido ya.
-Hola muchacho, como te llamas?– El muchacho se giro de imprevisto y vio al viejo que se pensaba que se había ido, al no haber notado su presencia casi se atragantaba.
-¿Te interesa mi nombre?- Dijo recuperando la voz.
-Puede ser- En su cara sonriente se veía un gran interés en el muchacho.
-No te conozco, dime que quieres y te diré mi nombre- Dijo directamente.
-Vaya que serio, con lo joven que eres- Le dijo- No deberías beber cerveza desde tan joven, acabarás mal.
-Creo que ya tengo edad para beber- El muchacho tenia cerca de 20 años, tenia una mentalidad y una madurez impropias de su edad.
-Era una broma- Ríe- Me llamo Frek Balder y busco un cazarrecompensas para que me haga un “recado”, te he estado estudiando durante un tiempo.
-Yo no suelo hacer cualquier “recado”, además como sabes que soy cazarrecompensas?- Pregunto extrañado mientras echaba un trago.
-La información vuela en esta ciudad, es fácil encontrar a una persona si la buscas- Hizo una sonrisa aun mas amplia que las anteriores- Se que eres muy bueno y que no haces cualquier recadito, por eso vine a buscarte, ¿Eso resuelve tus dudas?.
-No todas... pero me conformo, explícame de que va.
-De acuerdo, pero antes dime tu nombre.
-Sabes perfectamente mi nombre- Contestó seriamente.
-Cierto -Ríe- Te pregunto el nombre por si estaba equivocándome de persona.
-Me llamo Zant Crosas- Zant estaba empezando a sospechar del viejo, pero así era su trabajo, hacia misiones a cambio de dinero sin conocer la identidad del contratante- Seguro que si has oído hablar de mi no soy el único al que buscas, ¿Me equivoco?.
-Así es- Dijo saboreando la cerveza.
-Bien te llevare con el y por el camino me explicas de que trata ese “recado”, por que aun no te he dicho que vaya a aceptar, no acepto cualquier misión-Dijo Zant
Salieron de la taberna, esta taberna era frecuentada por todos los cazarrecompensas para buscar clientes, y lo mismo con estos. El viejo comenzó a explicar los detalles de la misión.
-Antes tengo que decirte que esta misión es bastante arriesgada y peligrosa, pero dada vuestra experiencia a pesar de lo jóvenes que sois me parece suficiente, no hay nadie mejor en esta ciudad- Frek tenía razón, Zant y su hermano era los cazarrecompensas mas famosos de la ciudad, se les conocía como el ying y el yang, se habían enfrentado a grandes peligros, como por ejemplo, un dragón en una misión para conseguir una de sus escamas, eran muy valiosas, se las pidió un cliente- Te explico, estoy buscando un objeto muy valioso en el castillo de Jéruga, es muy importante conseguirlo, se trata de un arma que aun no ha sido utilizada por el ejercito de Jéruga, a si que por eso es tan importante- Continuó explicando, Zant se dio cuenta pronto de que no era una misión cualquiera- Necesito que la consigas, se trata de la gema del mañana, es única y tiene un poder destructivo capaz de arrasar una ciudad, se dice que viene de los dioses y que se les cayo del cielo, se encuentra en la sala del tesoro en el castillo, no es fácil llegar, os guiare por un atajo, pero no te diré para que la quiero, solo necesito que la consigas, ¿Algún problema? – Dijo Frek.
-Ninguno -Zant pensó “Este tío es mas importante de lo que parece, ¿Para que querrá una gema con semejante poder? Es la primera vez que escucho que Jeruga cuenta con un arma así”- Hemos llegado ya.