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by will-o-the-wisp » 04 May 2013, 21:02
Voy a dividir mi análisis de Final Fantasy IX en tres partes: narrativa, estética y jugabilidad. Después haré una breve síntesis de los detalles que más me han gustado de cada juego de PSOne, habiéndolos terminado todos ahora.
Narrativa:
La historia es aparentemente más simple que en otras entregas, incluso considerando que cuando introducen la idea de los dos planetas adquiere bastante complejidad, pero es sólida y no se complica innecesariamente. El principio es cómico y emocionante al mismo tiempo y junta de forma bastante natural a los personajes principales. El jugador no tarda en experimentar el suspense cuando llega a Dalí, donde se demuestra que bajo esa capa de amigabilidad del pueblo (y del juego en general) hay algo oculto. El argumento es lineal, ya que siempre te dicen a dónde tienes que ir y hasta cierto momento no tienes muchas opciones de exploración, pero tampoco tienes la sensación de estar en un pasillo. El mundo es muy variado y los diferentes lugares tienen su espíritu propio, aunque echaba de menos razones para volver a algunos lugares.
Creo que el aspecto en el que más destaca Final Fantasy IX es en su ingenio, el cual no sería posible sin unos personajes que dieran la talla. Yitán es el primer protagonista masculino que me cae bien, pero es que además no necesita parecer guay para demostrarlo, solo tiene que hablar. Todos los demás están muy bien caracterizados, aunque puede que los menos trabajados sean Quina (que es monotemática, pero a la vez un elemento cómico necesario que pega bastante con la historia) y Amarant (que es demasiado estereotípico). Los secundarios (Beatrix, los miembros de Tantalus, etc.) son brillantes y los antagonistas (Brahne, Ton y Son, Kuja y Garland) cumplen muy bien su función. No veo ningún problema con el enemigo final, ya que es prácticamente una extensión de Kuja y no te da la sensación de que sea una batalla poco motivada, como puede ocurrir por ejemplo en Final Fantasy XIII, donde la rivalidad del jugador con Baldanders tampoco era tan importante durante el juego.
Estética:
Los gráficos son perfectos para su época, pero me encantaría ver un remake en el que se pudieran apreciar aún mejor los diseños. Cada lugar y personaje están ideados de forma distinguible y armoniosa, como si fuera un cuento ilustrado. La banda sonora quizá no destaca tanto, o al menos sus temas no han calado tanto en mí como los de otros juegos. Las escenas cinemáticas se presentan en los momentos adecuados, de forma que explican bien lo que está pasando pero no resultan cargantes.
Jugabilidad:
El sistema de combate es intuitivo y la forma de desarrollar a los personajes es interesante, ya que hace que el equipamiento sirva para algo más que para subir atributos. Quizá lo único que me ha molestado es que el trance sea automático (y que no puedas guardarlo para otro momento, como los límites de Final Fantasy VII), ya que he podido aprovecharlo poco, pero también es cierto que es un elemento excepcional y no es estrictamente necesario para avanzar en el juego. También me hubiera gustado que las invocaciones hubieran sido más accesibles al principio del juego.
Al igual que en Final Fantasy VIII, he ignorado casi por completo el juego de cartas, aunque en la parte en la que te obligan a jugar no me pareció difícil. Sin embargo, sí me han gustado otros minijuegos.
Comparación:
Comparando con los juegos anteriores de PSOne, a los que he jugado recientemente, podría decir que Final Fantasy IX destaca en sus diálogos ingeniosos, el sistema de desarrollo y la variedad de su mundo. Final Fantasy VII tiene un mundo y trasfondo bastante originales y quizá unos personajes más carismáticos inicialmente, aunque poco desarrollados en los diálogos. Final Fantasy VIII tiene un argumento lleno de giros que hacen que sea muy interesante, pero unos personajes principales menos aprovechables (especialmente por el hecho de que todos tengan el mismo origen y no se desarrollen demasiado individualmente durante la historia). Por ello creo que Final Fantasy IX consigue un gran equilibrio en todos los aspectos y además consigue destacar en algunos de ellos.
La verdad es que es el Final Fantasy con el que más he disfrutado hasta el momento, así que le doy un diez.