En general sobre los 200 euros, arriba o abajo. Pero el Kindle me costó 135€ al cambio del dólar con gastos incluidos (realmente gratuitos, pero vamos, eso).
Sobre tu artículo, he de decir que alimenta la tendencia habitual a considerar los nuevos soportes como alienantes y destructores del hábito lector tradicional. Depende de muchas cosas. Ten en cuenta que el cambio de soporte, y por extensión de paradigma, no afecta a la lectura. Sólo tenemos que fijarnos en la época griega donde se decía que los escribas que apuntaban los conocimientos estaban atentando contra la capacidad de memorizar, cuando en realidad estaban perpetuando el conocimiento y asentándolo para futuras generaciones. Y nuestra capacidad de memorizar no se ha visto necesariamente afectada. Y lo mismo con los pergaminos y los libros, así sucesivamente...
Considero que el fetichismo (con cariño, no lo digo peyorativamente) que envuelve a los libros impresos no tiene por qué ser excluyente con la lectura en un soporte digital. Ya lo dije antes, creo que la lectura
per se no entiende de continentes, sino de contenidos.
Evidentemente apuntabas también hacia las aulas y ahí está el problema sangrante de profesores que no leen y no saben motivar a leer o el uso "axiomático" de nuevas tecnologías que deriva en navegar por Internet al tuntún. Todo esto lo hemos atestiguado en nuestras prácticas. Pero esto no es culpa de las nuevas tecnologías, sino de la negligencia humana. En eso estoy de acuerdo, pero me daba la sensación que quisieras relegar a un segundo plano un soporte muy atractivo (pero no siempre necesario, claro, depende de nuestras necesidades).
Te quería remitir a un artículo de Umberto Eco pero tan sólo he encontrado el eco que hicieron de él en un una
página web. Es un buen portavoz en este sentido y creo en su elocuencia. Resume las ideas principales entorno al tema. No sé cómo habrá cambiado tu opinión, pero espero que sea un poco menos radical.