Hoy en Facebook he visto una imagen con una frase que me ha gustado mucho, y que decía lo siguiente:
"Ponemos más interés en hacer creer a los demás que somos felices, que en tratar de serlo"
A mí me ha dado mucho que pensar. Mirando a mi alrededor me doy cuenta de que hay muchas personas que exageran, o que incluso mienten, sobre su vida para que los demás pensemos que les va de maravilla, y que al final no solucionan lo que realmente les hace tener ese complejo de inferioridad.
Recuerdo el caso de una excompañera de trabajo, hace años, que se casó por todo lo alto. Al pasar los meses, nos contaba lo bien que le iba, que vivía en un chalet con comodidades, que se había comprado un coche nuevo, etc.
Como se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, por la intervención de una tercera persona (Mallorca es una isla, y como tal es un pañuelo) descubrimos que se había divorciado, que después de un año aún debía dinero de la boda, y que el supuesto coche nuevo se lo habían alquilado sus padres porque no tuvo dinero para arreglar el suyo, que se le estropeó.
Hace poco más de un año, también quedé con unas compañeras de clase de cuando yo era pequeña. No las conservaba como amigas, ya que tuve la "mala" suerte de ir a un colegio que por aquel entonces era privado y sólo de niñas, así que la mayoría eran prepotentes o pijas de familias adineradas (la mía se lo podía permitir porque nací tarde para aquella época, y sólo tenían que cuidar de mí).
Desde aquel día no he vuelto a ver a ninguna, porque la quedada fue como una batalla campal para ver cuál de ellas tenía mejor marido, trabajo, y vida en general.
Siempre es por lo mismo, por el qué dirán. Y lo entiendo, porque esta misma gente que miente luego se ríe o aplaude las desgracias ajenas, para sentirse mejor ellos mismos y "cubrir" sus propios problemas.
Creo que cargas y complejos tenemos todos, y que lo mejor es intentar solucionarlos, y si no tienen solución pues intentar vivir con ellos.
Por eso me gustaría saber qué pensáis o hacéis al respecto.
En mi caso puedo decir que no estoy libre de culpa. Si se trata de mis amigos (me refiero a amigos de verdad, no de los que son para ir a tomar algo), normalmente les suelo contar cuando algo me va mal (excepto si no pretendo preocuparlos por algo que se puede evitar comentar), ya que es necesario compartir la carga. Como sé que intentarán comprenderme y no se reirán de la situación a mis espaldas, tengo total confianza y seguridad al contárselo.
Si es algo muy grave que me duele de verdad, el primero de la lista es mi marido, y ya cuando se va disipando la pena soy capaz de contárselo a mis amigos, si me apetece compartirlo con ellos y el problema aún no se ha solucionado.
Si se trata de gente en general no miento, pero sí evito hablar del tema, ya que no me apetece que me compadezcan o que utilicen mi situación para criticarme. También es útil decir verdades a medias (ocultar información, no mentir) a la gente prepotente que lo que intenta es derrumbarte y meter el dedo en la herida.
Opciones hay muchas, pero desde mi punto de vista no debería utilizarse la mentira, porque al final acabas engañándote a ti mismo/a.