Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Para temas que incluyen varios Final Fantasy. Podrás hablar de elementos recurrentes de la saga o hacer comparaciones entre distintas entregas.

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Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by TashitaDissidia » 17 Nov 2012, 23:17

Bueno, antes que nada, una presentación de la ambientación, los personajes y la historia hasta ahora. Recordar que es un rol tipo historia, por lo que ni Nube ni yo emplearemos el sistema de dados. Por cierto, como bien pone en el título del tema, es un rol privado, sólo podemos participar Nube y yo, lo cual no es impedimento para que paséis el tiempo leyéndolo, por supuesto XD Ah, otra cosa, este primer post (excepto la ficha de Aris y el dibujo) es obra de Nube de Oscuridad, así que los méritos a él. ¿Que por qué no lo ha subido mi coleguillo? Preguntádselo a él, sus razones tendrá XDDD Hala, aquí os lo dejo ^^

Nos ambientamos 200 años después de los sucesos de Final fantasy IV The after Years.
El mundo apenas ha cambiado.
Baronia se ha proclamado como primera potencia mundial, mientras que Damcyam ha caído en el olvido hace ya 20 años. Las tormentas de arena y el agresivo clima de la última época llevaron al reino al desastre.

PERSONAJES.

-Abel.
De nombre completo Christopher Abel Von Muir
Chico joven, de 18 años, que ha pasado gran parte de su vida recorriendo el mundo, cambiando de una familia a otra hasta que a la edad de 16 años pudo irse a vivir el solo, a una tranquila isla en la que había un pequeño pueblo.
De carácter algo variable: puede resultar ser una persona muy inteligente y madura, o comportarse como si de un niño se tratara. Aún así, por dentro es una persona con grandes sentimientos, muy sensible, cuya última preocupación es él mismo cuando hay que preocuparse de aquellos que le importan.
Su pelo, liso y blanco, mezclado con sus rasgos, finos pero masculinos y sus ojos, grises como la luna, siempre le habían procurado una belleza natural, aunque el mismo solía ocultar su cara bajo un velo, que era la prolongación de una bufanda, ocultando su mandíbula y su nariz.
Sus ropas eran más bien propias de un ninja de Eblan, con cierto toque armamentístico, como la parte de una armadura cubriéndole el brazo derecho.
Sus habilidades son muy variadas, pero siempre fue entrenado para ser un Ninja y un Draconarius, y su destreza, tanto con la lanza como la katana son perfectas.
Por sus venas corre el poder de la oscuridad, permitiéndole desatar aún más fuerza o una ola de energía a costa de una parte de su energía vital.

-Aris
Nombre completo: Ariswynneth Meithelenn Thalasia
Edad: 18 años
Descripción física:
Joven de alrededor 1’60 metros de altura, de aspecto frágil, miembros delgados y facciones finas. Sus ojos son grandes, rodeados de espesas pestañas oscuras, con un iris de color azul claro; labios ligeramente gruesos, nariz pequeña y recta, cejas finas y orejas pequeñas. Su cabello es largo, ondulado, rosáceo con ligeros destellos rubios. Como vestimenta, usa un mono sin cuello ni mangas de marrón oscuro, casi negro, terminado a la mitad del muslo y, por encima, un amplio jersey marrón claro que deja a la vista uno de sus hombros, ajustado a la cintura con un fino cinturón de cuero. Por último, lleva unas botas bajas, oscuras, confeccionadas con el mismo material que el del cinturón.
Descripción psicológica:
De carácter ligeramente irascible, capaz de saltar, cual chispa, ante cualquier minucia. Curiosa, impaciente y activa, prefiere llevar a cabo cualquier tarea antes que dedicarse a perder el tiempo encerrada entre cuatro paredes. Suele ser desconfiada y apenas habla de su niñez, si puede evitarlo; tiene por costumbre guardarse sus problemas para sí y hacerlos frente en la medida de sus posibilidades –o ignorarlos deliberadamente, según el humor en el que se encuentre en esos instantes-. Algo orgullosa, durante la mayor parte de su vida ha solido hacer oídos sordos a todo cuanto se le ha dicho y generalmente no hace sino discutir con su inseparable compañero, un simpático moguri, más centrado que Aris y con las ideas mucho más claras. Este moguri, cuyo nombre es Mog, ha sido amigo de Ariswynneth desde que esta tiene memoria y actúa en la mayoría de las veces como guía de la joven, aunque es casi más torpe que su compañera, le apasionan los guiles y no es famoso por su paciencia, a pesar de todo. Generalmente emplea su báculo, terminado en un reloj, para golpear la cabeza de Aris cuando discute con ella.
Dibujo de Aris:
[spoiler]Image[/spoiler]



Una noche, Abel se encontraba dando su paseo nocturno cuando se percato de algo extraño: El cielo nocturno, no era iluminado por una, sino por dos lunas. No tardó mucho en relacionarlo con las historias que había oído en sus viajes. Las historias que narraban la historia del rey Cecil de Barionia, y de cómo antes de él, ver dos lunas era lo normal.
El pueblo fue atacado por monstruos, que habían cambiado drásticamente su comportamiento ante la aparición de la nueva luna. No supo porque, pero cogió a la chica que se encontraba con él, a la que solo conocía de vista, y se la llevó a rastras, advirtiendo de que no era seguro quedarse allí.
Huyeron de la Isla a través de un pasadizo, terminando en el continente de Troia.
Así fueron atacados por una gran bestia, de gran poder. Ante el peligro de muerte, ambos demostraron todo su potencial oculto. La escena fue presenciada por una de las “eppots” de Troia, que decidió llevarles con ella para entrenarles en el arte de la lucha y la magia. Había visto potencial en ellos.
Tras días de entrenamientos en Troia, los monstruos también asaltaron este lugar, y de nuevo, la vida de todos corría peligro. Abel desató la más profunda oscuridad mientras Aris desencadenaba el poder del hechizo prohibido, Meteo.
Ninguno de los dos supo como ocurrió aquello, pero les costó que les expulsaran de la ciudad.

Fueron e barco hasta Baronia, donde simplemente permanecieron un par de días, antes de partir hacia Mist: Mog era un eidolon, pero no sabía nada sobre él, así que habían decidido ir allí.
En la cueva de Mist, una misteriosa magia puso a prueba a los viajeros, haciendo que estos se enfrentasen a su pasado y a sus miedos. Gracias a la mutua ayuda que se dieron, consiguieron salir adelante, y llegar a Mist.

Sin embargo, una vez en Mist, un hechizo transformó al Moguri, el cual reveló una nueva forma, y atacó a Aris y a Abel. No podían vencerlo, y él iba a acabar con su vida, así que Abel tomo una medida desesperada, y saltando en el cielo, consumió gran parte de su energía vital para acabar con la vida del moguri.
Para sorpresa de ambos, este retornó a su forma original, pero Aris estaba enfadada, y mucho. No quería volver a ver a Abel jamás. Pero en el enfado, una bestia atacó a Mog, y Abel se interpuso en el ataque, y débil por haber descargado su vida contra el moguri, de desplomo sobre el suelo, respirando por última vez.
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by Nube de oscuridad » 17 Nov 2012, 23:46

Aquí el último comentario de mi compañera, para ubicarnos un poco:
[spoiler]Aris abrió desorbitadamente los ojos, llevándose ambas manos a la boca entreabierta mientras sentía la dolorosa punzada de las lágrimas acechando. Cuando la criatura desapareció, se acercó corriendo a Abel, arrodillándose a su lado, pero sus párpados ya se encontraban cerrados y su corazón había dejado de latir.
-No, esto no puede estar pasando-murmuró, negando una y otra vez.
Mog se dejó caer al lado del joven, entristecido. Aris no pudo evitar que las lágrimas surcasen su rostro, sin poder creerse todavía que estuviera sucediendo de verdad. Abel había asesinado a Mog, al que había sido su único compañero durante mucho tiempo, pero aun así...Ella jamás habría querido un final como aquel.
-¡Abel, despierta!-gritó, zarandeándole fuertemente, ofuscada-¡Sé que estás vivo, no me tomes el pelo!
-Aris...
-¡Cállate!
La joven acarició con cuidado el rostro de Abel, pasándose después la mano por las mejillas para retirarse el rastro de lágrimas, aunque era un acto inútil: estas no cesaban.
-Aris, ¿qué vas a...?
-No lo sé-contestó con desgana, adelantándose a su pregunta.
Si por ella fuera, se quedaría allí y dejaría pasar el tiempo. No sentía nada más que un extraño vacío en su interior, similar al que sintió al perder a su hermano Lucca.
-Abel, perdóname...Yo no quería que esto terminase así-murmuró, acercando sus rodillas al pecho, abrazándolas y hundiendo la cabeza en ellas-. Lo siento, lo siento...
Mog se acercó a Aris, apoyando la cabeza en uno de sus costados, abrazándose a ella. La joven sabía que tenían que continuar camino, pero era reacia a dejar allí el cuerpo de Abel y ella sola no sería capaz de transportarlo. Sin embargo, tampoco podía enterrarlo; sencilla y llanamente, no encontraba las fuerzas suficientes para hacerlo. Así pues, siguió allí, inmóvil, con Mog acurrucado a su lado, dejando pasar el tiempo.[/spoiler]
la bolsa donde llevaba Abel los objetos brilló. Aquella pluma de fénix que había caído de la nada en la cueva de Mist salió de el.
La pluma brillaba mientras flotaba en el aire. Ya ni siquiera el viento se oía. Era una luz tenue que transmitía una gran sensación de paz. Algo mágico emanaba de ella
Abrió los ojos despacio. Él recordaba haber muerto, recordaba la sensación, sus últimos pensamientos.
Miró a Aris, que se encontraba junto a él. Extendió un brazo hacia ella, y sonrió.
-Siento haberte decepcionado, Aris.
Se incorporó con renovadas fuerzas y la miró a los ojos, con una mirada de tristeza, pero también de alegría. Le quiso decir algo, pero el sonido de un ave le hizo callar antes de decir nada.
El aire ardió. Abel miró hacia arriba. La pluma de fénix estaba en llamas, que cada vez se extendían más mientras se elevaban en el cielo. De entre las llamas emergió un ave de color rojizo, que comenzó a volar en círculos sobre las cabezas de aquellos viajeros.
Abel gritó, y se llevó la mano derecha al brazo. Tenía la sensación de que estaba en llamas. Se arrancó la manga de un tirón, dejando ver como se iba formando entre unas lineas de fuego un tatuaje con la forma de la pluma que le acababa de devolver a la vida.
El fénix por su parte, descendió en picado hacia el joven de pelo blanco, cayendo sobre su nuevo tatuaje, y desapareciendo en el.
Los ojos grises del chico se cruzaron con los de Aris. Ya no recordaba lo que le iba a decir
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by TashitaDissidia » 18 Nov 2012, 00:06

Mog se separó de Aris al ver algo brillar dentro de la bolsa de Abel y empezó a llamar a su amiga, instándola a que alzara la cabeza.
-¡Mira, kupó!
La joven se pasó una mano por los ojos para poder ver mejor, ya que las lágrimas nublaban su vista, y fijó su mirada en la pluma de fénix que flotaba sobre el cuerpo de Abel, sin encontrar explicación a lo que estaba sucediendo. Simplemente, fue testigo de cómo su compañero, inexplicablemente para ella, volvía a la vida. Se incorporó, tratando de decir algo, pero las palabras se le atragantaron; ni siquiera era capaz de seguir llorando, tal era su sorpresa.
De pronto, un extraño acto tuvo lugar: casi parecía que se encontraban en la boca del infierno. Unas marcas recorrieron el brazo de Abel y el ave que los sobrevolaba bajó en picado hacia él, haciendo que Aris resguardara la cabeza entre los brazos al creer que se estrellaría contra ellos. Al ver que no ocurría nada, dejó caer los brazos, aun un poco desconfiada, haciendo que sus ojos se cruzaran con los de su compañero. Una ligera risa se apoderó de su cuerpo, mientras que las lágrimas volvían a caer por sus mejillas. No se lo podía creer. ¡Ella había visto cómo moría! ¡Y estaba ahí, vivo, delante de sus propios ojos!
-¡Kupopopóooo!
Mog se lanzó sobre Abel, hablando tan rápido que era imposible entenderle, y Aris tan sólo se limitó a reír a la par que lloraba, sin decantarse por la risa o el llano en concreto.
-Siento todo lo que ha pasado-dijo cuando pudo hablar, con la voz ligeramente entrecortada-. De verdad, he sido una completa terca...Lo siento.
-¡Kupó, kupó, kupóoo! ¡Celebrémoslo comiendo nueces de kupó!
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by Nube de oscuridad » 18 Nov 2012, 12:14

Su mirada era ahora más brillante que nunca, y tenía intención de aprovechar esa nueva oportunidad que le había otorgado el fénix. No, no había sido el fénix. Había sido aquel bardo en la cueva de Mist. ¿Acaso sabía que iba a pasar esto?.
Apartó rápidamente esos pensamientos de su cabeza para centrarse en Aris. Alzó la mano derecha y le pasó el dedo pulgar por la mejilla, limpiándole las lagrimas.
-No llores. Si he vuelto no ha sido para verte llorar, sino para reir y vivir nuevas aventuras junto a ti, y por supuesto junto a Mog- dijo, dedicándole al moguri una rápida mirada.
Se levantó del suelo, aún con el brazo izquierdo dolorido por lo que acababa de pasar, y le tendió la mano a su compañera.
-Aún quedan unas horas antes de que anochezca, creo que podremos llegar a un punto alto de esta montaña para entonces, donde estaremos resguardados de los monstruos.
Después de que se Aris se levantase, Abel comenzó a caminar, inspeccionando la zona.
-No espero que me perdones lo que hice solo por esto, pero espero que me des otra oportunidad- dijo sin dejar de caminar, en un tono de voz grave para después volver a cambiar de tema rápidamente- al otro lado está el desierto, pero me temo que para avanzar en esta montaña tendremos que escalar. Es muy empinada.
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by TashitaDissidia » 18 Nov 2012, 17:51

Aris no quiso volver a sacar aquel espinoso tema, por lo que, cuando Abel comentó algo acerca de la montaña, se limitó a mover la cabeza, asintiendo mientras le seguía, observando la gigantesca montaña con una expresión de pesar. Escalar era algo que no encontraba demasiado atractivo.
-Bueno, pues si no queda otro remedio-murmuró para sí, suspirando.
La joven se remango inútilmente las mangas de su jersey, las cuales volvieron a su posición original en menos de cinco segundos, y comenzó a subir la montaña con dificultad.
-¡Ánimo, kupó!-exclamó alegremente el moguri.
-Ánimo, ánimo...Claro, como tú no tienes que escalar... ¡Ya me gustaría verte sin esas alas!
-¡Volar también cansa, kupó!
Aris lanzó una mirada furibunda a la criatura, pero decidió dejarlo estar y seguir escalando, resbalándose en más de una ocasión y haciéndose alguna que otra herida en rodillas y brazos por los resbalones. A medida que iba ascendiendo, la joven creía que la montaña se hacía más y más alta. No veía el momento de dejar de escalar.
-Mog, podrías transformarte y llevarme volando hasta arriba...
-Claro, kupó...Si supiera cómo transformarme, tal vez lo haría, kupopó.
Aris hizo girar sus ojos, deteniéndose unos instantes para recobrar el aliento, y continuó con la interminable escalada. Lo único que quería era llegar a la cima, pero parecía imposible.
Por fin, tras un buen rato de ascenso, pareció que la cima lograba vislumbrarse. Apenas se habían detenido a descansar en algunas ocasiones, haciendo alguna que otra parada totalmente necesaria, pues ninguno quería perder el tiempo y menos aun cuando el sol comenzaba a ocultarse.
-¡Llegamos, kupóoo!
Aris se dejó caer, lanzando un suspiro de alivio, pero una fuerza mayor la hizo ponerse en pie. Sentía la necesidad de contemplar la vista desde aquella altura; sin lugar a dudas, sería espectacular. Al acercarse al borde de la cima, dejó escapar una exclamación, maravillada. El frío viento removió ligeramente su cabello, internándose en su cuerpo, haciendo que su piel se pusiera de gallina por el fuerte contraste.
-¡K-k-kupóoo! ¡Tengo un bicho en la cabeza, kupóoooo!
La joven se giró, sobresaltándose ante el grito de Mog, el cual, en su alocado vuelo, se estrelló literalmente contra ella, haciendo que Aris perdiera el equilibrio y cayera, al encontrarse en el borde mismo del risco, hacia el vacío, lanzando un grito mientras agitaba fuertemente los brazos, como si con ello pudiera echar a volar y salvarse.
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by Nube de oscuridad » 18 Nov 2012, 19:03

Tras casi dos horas escalando sin parar llegaron a la ansiada cima del risco. El viento zarandeaba el pelo blanquecino de Abel, que contemplaba maravillado el paisaje. Nunca en su vida había contemplado algo tan maravilloso. A un lado se alzaban las montañas, y se veía a lo lejos el pequeño y abandonado pueblo de Mist, al otro lado se extendía el desierto. Abel creía poder ver desde allí Kaipo, pero no estaba seguro de si era el pueblo o simplemente una roca. Estaba demasiado lejos.
Al oír al moguri revolotear y gritar algo sobre un bicho, se giró, para ver como Aris se precipitaba hacia el suelo. Una caída así acabaría con su vida, y con la de Abel si éste saltaba para ir en su ayuda.
Aún así lo hizo, sin pensarlo se lanzó tras Aris, algo le decía que tenía que hacerlo.
El tatuaje de su brazo se tiñó de rojo, y en el aire surgió de la nada fénix, que se elevó en el cielo y se envolvió en llamas antes de caer sobre Abel. Ambos, ave y humano se envolvieron en una esfera de fuego, que tras apenas un segundo, estalló, dejando ver lo que había pasado. El cuerpo del fénix era ahora una armadura que cubría el torso de aquel chico, que se había tirado por el barranco tras su amiga, mientras que lo que era la cabeza del ave era ahora un casco que cubría su pelo blanco. Las garras del pájaro de fuego se habían agregado a las manos de Abel, creando unas nuevas garras extensibles y retraibles que podían asomar hasta varios centímetros más allá de su mano(véanse las garras de lobezno). Las alas del fénix ahora salían de la espalda del chico. Se habían transformado en sus propias alas.

Abel plegó las alas y se dejó caer el picado, aumentando su velocidad hasta alcanzar a Aris, a la que envolvió con sus brazos. Acto seguido desplegó las alas y alzó el vuelo. Se levantó polvo en el suelo. Un segundo más y la chica hubiese chocado contra el suelo con todo el peso de la gravedad.
Antes de decir nada Abel se detuvo a pensar sobre lo que acababa de pasar. Había leído mucho sobre los eidolones, y como cuando uno consideraba digno a un humano, se convertía en su compañero, e incluso podría entablar con el una relación en la que ambos podían unir sus cuerpos en uno solo. La llamada "empatía". ¿Podría haber ocurrido eso?. Recordó entonces donde había obtenido la pluma de fénix: en la cueva de Mist, tras superar la prueba. ¿Acaso era el propio fénix el que les había puesto las pruebas? Era una posibilidad que tendría que discutir luego.
Al llegar a lo alto del "risco", cogió también al moguri, y al hacerlo, pensó que quizás el moguri había entablado empatía con Aris, y por ello pudo adoptar esa forma, pero apartó esos pensamientos de su cabeza, no era el momento para pensar en ello así que continuó el vuelo, dirigiéndose hacia Kaipo, la ciudad del desierto, y le dirigió a Aris una sonrisa de satisfacción.
-Me parece que a partir de ahora podrás presumir de "ángel de la guarda".
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by TashitaDissidia » 19 Nov 2012, 16:32

‘’Voy a morir’’
Ese fue el primer pensamiento de Aris cuando Mog, en su infinita sabiduría, se había estrellado contra su cuerpo, gritando que tenía un bicho en la cabeza, lanzándola al vacío… ¡con todo lo que le había costado subir y ahí que iba ella, montaña abajo! Sin embargo, ese absurdo pensamiento era lo de menos. Aris sabía que iba a morir, era algo obvio, no había forma humana posible de evitar que su cuerpo acabara estrellado contra el suelo, con los huesos astillados, creando un charco de sangre a su alrededor.
No obstante, la joven se encontraba extrañamente tranquila. Tenía noción de que no había salvación alguna para ella y la plena aceptación de la muerte la dotaba de una tranquilidad que no había sentido en la vida. Sentía el cortante viento atravesar su piel, frío como el hielo, mientras que en su nublada visión una figura comenzaba a tomar forma, la imparable sombra de la muerte abalanzándose sobre ella, tendiéndole una mano que ella no tenía otra opción más que aferrar, dejándose acunar por sus brazos, mientras las olas del olvido se cernían sobre su cuerpo, sumiéndola en la oscuridad.
Y, de pronto, justo cuando pensaba que su fin estaba próximo, divisó la silueta de Abel, recortándose contra la negrura que se materializaba a su alrededor.
‘’Ahora seremos dos los que vayamos a morir. Perfecto, no podría haber terminado mejor…’’ pensó Aris con amargura.
Sin embargo, el ave que antes apareciera y que se había refugiado en la marca que ahora adornaba el brazo de su compañero volvió a hacer acto de presencia y, entre un sobrecogedor juego de luces, se fusionó con Abel. Sin duda alguna, Aris estaba teniendo serias alucinaciones provocadas por la caída.
Pero el frío filo de la muerte no atravesó sus entrañas.
-Me parece que a partir de ahora podrás presumir de ‘’ángel de la guarda’’-fue lo único que escuchó.
La joven, que había cerrado fuertemente los ojos en previsión al golpe, separó los párpados, comprobando, aliviada, que seguía respirando. Abel la había cogido justo antes de que se estrellara y ahora ya se encontraba en lo alto del risco, con Mog junto a ellos. Fue entonces cuando Aris rompió a llorar fuertemente, cubriéndose la cara con las manos al ser plenamente consciente de la situación en la cual se había encontrado.
-¡He estado a punto de morir!-gritó con voz entrecortada-¡Y todo por tu maldita culpa, Mog! ¡Tengo un bicho, tengo un bicho!-parafraseó, furiosa-¡Maldito sea tu bicho, casi acabo mis días por tu idiotez!
-¡Olvídate de eso, kupó, y mira cómo vuelo! ¡No sabía que podía volar así, kupopó!
-¡No eres tú quien está volando!-siguió gritando la joven, cogiendo a Mog y zarandeándolo fuertemente-¡¡Es Abel el que vuela!! Es… ¿Abel el que vuela?-repitió, incrédula.
Así era, desde luego. Pero, por suerte, la muchacha no se sobresaltó demasiado; si lo hubiera hecho, probablemente hubiera caído de nuevo.
-Uhmmm… ¿Qué es eso, kupó?
Aris desvió la vista en la dirección en la cual estaba señalando el moguri y lanzó un irritado suspiro, hastiada. Unas extrañas criaturas habían surgido de la nada –al menos, la joven no había reparado antes en ellas-, sus cuerpos brillando fuertemente gracias a la luz que emitían las dos lunas que adornaban el cielo nocturno y que habían comenzado ya su ascenso. Una de esas bestias lanzó un bramido y se acercó rápidamente a ellos, con las fauces abiertas y las garras por delante, con una clara intención en su cabeza.
Pero, por suerte, el ataque no llegó. Un poderoso rugido rasgó la noche y, ante Aris y Abel, apareció una gigantesca criatura blanca, ligeramente rosada, que la muchacha reconoció enseguida como su compañero Mog, el cual, ante el peligro inminente, se había transformado. La joven alargó un brazo, cogiendo al vuelo el báculo, que había aumentado de tamaño, y saltó de los brazos de Abel, aterrizando en el lomo de la bestia.
-¡Vamos, Mog!-gritó, alzando el bastón-¡Demostremos a esos bicharracos que somos imbatibles!
El moguri contestó con un nuevo rugido, batiendo fuertemente las alas, cerrando su mandíbula alrededor del cuello de una de las aves, hincando dolorosamente los colmillos en la dura piel de la criatura. Aris, por su parte, invocó un Electro, lanzándolo desde la piedra rosa del báculo en dirección al enemigo, que descendió en picado mientras emitía un agudo chillido. La joven se carcajeó, regocijándose, y dirigió a Mog hacia otra bestia, situándose sobre ella. Aris se preparó para saltar, cayendo sobre la criatura, aprovechando el impulso para clavarle el bastón en el cuello, hundiéndolo en su piel. Antes de perder del todo el frágil equilibrio en el que se encontraba, dio un nuevo salto tras hacer una señal a Mog para que se colocara a su lado, lo suficientemente cerca para no caer. El moguri separó las fauces, almacenando una gran cantidad de energía que lanzó en forma de un cegador rayo hacia el ave, que aun no estaba del todo abatida. Aris invocó el poder del fuego y una brillante llamarada surgió de la vara, rodeando el rayo provocado por su compañero, atravesando la combinación de poderes a la bestia. Ya había derrotado a dos, pero el número parecía no cesar.
Entonces, una tercera bestia colisionó contra ellos, lanzando a Aris por los aires a la par que Mog comenzaba a caer al haber impactado la criatura contra su costado y, por ende, contra una de sus alas. La muchacha aferró el báculo, concentrando la magia curativa en su interior, y la lanzó de un violento movimiento de bastón hacia su compañero, haciendo que un aura verde surcara el lugar. Tras sentir la energía regenerativa en su cuerpo, Mog se dirigió hacia Aris, renovado, y la joven se aferró en cuanto pudo a su lomo, respirando fuertemente, pasándose, tras acomodarse sobre el moguri, una mano por la frente. Una pregunta revoloteó por su mente: ¿cómo le estaría yendo a Abel?
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by Nube de oscuridad » 25 Nov 2012, 19:28

Abel no vio venir a aquella bestia voladora, y cuando se quiso dar cuenta ya no podía hacer nada para esquivarla. Esperó el impacto con la esperanza de poder resistirlo, pero Mog, que había cambiado su forma, destrozó al atacante como si fuera un miserable insecto. Y en realidad era una buena comparación. Los había a cientos, rodeándolos, con la clara intención de atacarles. Su cabello blancuzco se movió con el viento. Era consciente de que todo era por el efecto de las dos Lunas.
Dejó caer a Aris sobre la espalda del moguri y se despreocupó de ellos. Sabrían defenderse solos. Se elevó aún más en el cielo y se alejó de sus compañeros de batalla. Quería tener espacio suficiente para maniobrar.
Los monstruos se lanzaron sobre él. El primero de ellos atacó de frente. Abel solo tuvo que posicionarse de forma vertical para evitar el ataque, pero apenas lo hizo, se vio obligado a plegar las alas y girar sobre si mismo, esquivando a otro que venía de arriba. No tenía tiempo para nada: otro de ellos se abalanzó sobre él desde abajo. Le fue imposible evitar el ataque, y ambos, bestia y humano se vieron dando vueltas en el aire a causa del impacto. En la confusión del momento, de los guantes de Abel salieron las garras del fénix, atravesando el estomago de la bestia y haciéndola caer.
Recuperó el equilibrio como buenamente pudo, desplegando las alas y alzándose de nuevo en el aire. Los seres voladores no parecían esperar que eso ocurriera, puesto que tardaron en reaccionar, dándole a Abel tiempo suficiente para actuar.
Ascendió aún más hacia el cielo con el brazo derecho en alto, desgarrando a otra de las bestias en el camino. En cuanto alcanzó la altura a la que se encontraban el resto de las bestias giró sobre si mismo para dejar de subir, y provocar un viento que las hizo retroceder. Era su oportunidad. Ágilmente se comenzó a mover entre las bestias desgarrando y atravesando partes de sus cuerpos con las garras. Tanto extremidades como alas eran vilmente separadas del cuerpo al que pertenecían, cayendo los monstruos en varios trozos, pero aún así, no se acababan, y cada vez parecían más.


En poco tiempo se vio completamente rodeado. Cuando uno de los “pájaros” se lanzó contra él, plegó las alas mientras daba una voltereta, para luego posar sus pies entre las alas de su contrincante, impulsándose con ellos hacia arriba, girando sobre si mismo, envuelto en sus alas, cada vez a mayor velocidad, mientras la bestia que había usado de soporte caía al vació, junto con sus compañeros ya muertos.
El aire a su alrededor se huracanó, y las bestias eran absorbidas y lanzadas hacia el horizonte por el tornado, en cuyo ojo se encontraba, girando sobre si mismo, Abel.
Al poco tiempo el veloz viento amainó de golpe con una onda de aire que lanzó a los pocos monstruos que habían aguantado el aire del tornado. Abel había desplegado las alas de nuevo.
Seguían allí. El tornado solo los había hecho retroceder, pero eran pocos los que había muerto por ellos.
Una bandada se arremetió contra él de frente. Rápidamente batió las alas hacia delante, creando un pequeño tornado en horizontal envuelto en llamas.
Los rugidos de dolor atravesaron el aire desde el interior de las llamas.
Los compañeros de los caídos parecieron encolerizarse, los gritos de dolor de hacía escasos segundo solo habían incrementado su sed de sangre. Sin pensarlo dos veces, se dirigieron también contra Abel con el claro objetivo de vengar a los muertos.
En esta ocasión tuvo tiempo de sobra para responder. Juntó los brazos, frente a su cara, con las palmas hacia ella y los puños cerrados. Luego extendió ambas extremidades a cada lado, como imitando las alas desplegadas de cualquier ave. Finalmente hizo retroceder el brazo derecho, cerrando el puño y juntandolo a su cuerpo, para luego lanzar un puñetazo contra el aire.
De aquel puñetazo salió una gran llamarada que imitaba la forma del fénix, con alrededor de tres metros de distancia entre los extremos de las alas.
El fuego no siguió una dirección fija, sino que empezó a moverse entre las bestias voladoras, arremetiendo contra ellas, como si fuese el propio fénix el que las atacase.
Las llamas se extinguieron, y entre rugidos de terror y miedo los pocos animales de aquella bandada que quedaban en pie huyeron.

Todo estaba calmado, y lo único que veía en el aire era el cielo nocturno iluminado por las estrellas y por las dos lunas. Causantes de todos los problemas que tenían ahora él y Aris.
Se relajó, cerrando los ojos y dejando que el viento moviese su pelo.
Abrió los ojos rápidamente, con cara de sorpresa, y miró hacia abajo. Allí estaba Aris, junto con Mog. Vio como una de las bestias se acercaba a ellos por detrás y como respuesta, se dejo caer, adelantando un pie, y pisando al monstruo que con un quejido salió lanzado hacia abajo, envuelto en llamas que habían surgido al tocar el pie de Abel.

-¿Necesitas algo de ayuda por aquí?.
La pregunta era tonta. Apenas quedaban ya enemigos a los que abatir, y los pocos que quedaban ya no atacaban, y parecían estar planteándose una retirada.
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by TashitaDissidia » 29 Nov 2012, 22:15

Aris no tuvo tiempo de comprobar el estado de Abel. Estaba demasiado ocupada tratando de salvar su propio pellejo, ya que poco después del último ataque, una nueva ave se abalanzó sobre Mog y ella. El moguri la esquivó por los pelos, lanzando un bramido de disgusto, mientras que la joven no tuvo más opción que agarrarse fuertemente al lomo de la bestia, clavando los dedos en su cuerpo como si fueran garras, para no acabar volando por los aires debido al brusco movimiento de Mog.

-Lo siento, lo siento, lo siento-dijo atropelladamente, soltando al moguri-. No era mi intención hacerte daño, perdón, perdón.

La criatura hizo un elegante gesto con la testa y comenzó a perseguir a aquella ave de una forma tan rápida que Aris encogió la cabeza, ocultándola casi en su pelaje, mientras se afianzaba firmemente a Mog, el cual, en cuanto tuvo la oportunidad, lanzó un rayo cegador de entre sus fauces al enemigo, acertándole de pleno entre las correosas alas, creando un escalofriante agujero que atravesaba a la bestia de parte a parte. El ave cayó en picado, dejando tras de sí un rastro de humo.

-Buen chico, Mog-le felicitó Aris, dándole unos suaves golpecitos en su cabeza.

De pronto, el cuerpo del moguri comenzó a temblar, convulsionándose. La muchacha miró a Mog, preocupada, pero no tuvo tiempo de pararse a preguntar qué era lo que le ocurría. Pronto lo descubrió por sí misma.

-¡M-mog!-exclamó, entre sorprendida y asustada-¡No puedes hacerme esto ahora!

La criatura lanzó un agudo rugido, cada vez menos potente, hasta que un haz de luz la rodeó tanto a ella como a Aris, dejando ver, al disiparse, al pequeño moguri de rosada pelusilla.

-¡K-kupóoo!

Aris empezó a agitar los brazos mientras caía al vacío, un acto que prometía convertirse en una costumbre en la joven. Mog, por su parte, estiró los bracitos en dirección a su amiga, intentando alcanzarla, aunque, teniendo en cuenta su pequeño tamaño, la acción carecía totalmente de sentido. Y, mientras la muchacha caía y caía, el moguri sufrió una serie de transformaciones que fueron desde el arco, hasta su forma original y, después, una espada…hasta que un nuevo fogonazo de luz atravesó el lugar, surgiendo de él la gran bestia que antes fuera.
Mog plegó las alas y cayó en picado hacia su amiga como un rayo, siendo apenas una blanca estela que surcaba la noche, y logró alcanzarla antes de que sucediera una desgracia. Aris chocó fuertemente contra el lomo de la criatura, sintiendo que le faltaba el aire, y no fue hasta algunos segundos más tarde cuando comenzó a respirar de nuevo, boqueando exageradamente.

-¡No, Mog, déjame en el suelo!-gritó cuando su compañero alzó el vuelo-¡No me fío de ti!

La bestia lanzó un rugido, respondiendo a las protestas de Aris, pero, a pesar de ello, esta no dejaba de gritar que la dejara en tierra firme. La joven temía que el moguri volviera a sufrir una transformación de un momento a otro.

-Vamos, Mog, déjame en la cima de la montaña-pidió-. Andar es bueno para la salud.

Sin embargo, Mog ignoró deliberadamente a su amiga y siguió ascendiendo, situándose a una distancia prudencial de Abel, el cual estaba defendiéndose del ataque de las aves de una forma bastante violenta y, si se acercaba, probablemente acabaría en una situación igualmente nefasta.
Aris farfulló algo, mirando con temor hacia el lejano y casi imperceptible suelo, pensando en el resultado de una caída desde aquella altura. Tan concentrada estaba calculando las probabilidades de sobrevivir que ni se dio cuenta de que una de aquellas molestas bestias se dirigía hacia ella y Mog. Al ver la muchacha cómo Abel se lanzaba hacia ellos, emitió un grito de sorpresa y se cubrió la cabeza, descubriendo, segundos más tarde, que el objetivo del joven era el ave que se encontraba a escasos palmos ellos. Ante la pregunta que hizo después el chico, Aris respondió con un resoplido.

-Bueno-comentó, sujetando el bastón que portaba mediante su cinturón, colocándolo en su espalda y cruzando después los brazos sobre el pecho, frunciendo el ceño-, si supieras cómo hacer que Mog no sufriera transformaciones espontáneas, serías de gran ayuda.

El moguri lanzó un gruñido, señal de su descontento. La joven chistó y clavó la vista en el pequeño grupo de aves que se estaban dando a la fuga, alzando una ceja, pero sin concederle mayor importancia. Mejor para ella si no tenía que entablar batalla otra vez.

-En fin, si podemos ir por tierra, me harías un favor-dijo, girando de nuevo la cabeza en dirección a Abel-. Creo que comprenderás mi resquemor, no es seguro ir encima de una criatura que cambia de forma sin ningún tipo de control.

Mog se revolvió ligeramente, disgustado, haciendo que Aris tuviera que agarrarse a él para no caerse. La muchacha bufó, haciendo rodar sus ojos, posicionándose cómodamente sobre el moguri tras la pequeña sacudida. Se pasó una mano por el cabello, colocándose el flequillo tras la oreja.

-¿En qué dirección debemos encaminarnos?-preguntó-La zona es completamente desconocida para mí, bien podría ir en la dirección equivocada pensando alegremente que me dirijo al que quiera que sea nuestro destino.
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Re: Rol FF Nube de Oscuridad y TashitaDissidia [privado]

Post by Nube de oscuridad » 22 Dec 2012, 19:10

Abel sonrió de una forma de entre juguetona y malvada, y se lanzó contra Aris, cogiéndola con sus brazos y separándola del Moguri. El chico alado tenía toda la intención del mundo de que ese movimiento la hubiese asustado.

-Ya que no te fías del moguri, ¿te fiarás al menos de mi?- preguntó, con una sonrisa al ver la cara de su compañera.

Comenzó a descender, despacio. Una pequeña ciudad se vislumbraba a lo lejos. En ella, un gran estanque, y a su alrededor el desierto sumergido en la oscuridad de la noche. Eran unas vistas privilegiadas. Se había dado cuenta de ello ahora, aunque no era de extrañar. Antes había estado ocupado con monstruos. No llegó a aterrizar al alcanzar el suelo. Continuó el vuelo a varios metros de altura, con el fin de evitar las bestias que rondaban el desierto bajo el manto de la noche.

-Pocas veces tenemos la oportunidad de ver todo esto. Disfrútalo mientras puedas, Aris.

Miró hacia atrás para asegurarse de que el moguri les seguía, y así era, si bien ya no tenía el aspecto de aquella formidable bestia, volaba a velocidad suficiente como para no quedarse atrás. Continuó el vuelo, en silencio. Aún seguía contemplado el paisaje, si bien ya habían descendido bastante, aún era precioso. Supuso que Aris estaría haciendo lo propio.



Finalmente aterrizó sobre la entrada Kaipo.
Kaipo. Antaño había sido un pequeño pueblo situado en medio del desierto. Prospero y tranquilo, situado en el reino de Damcyan. Había cambiado. Era mucho más grande, y casi se asemejaba a una ciudad. Abel sabía que había comenzado a crecer cuando aún pertenecía al reino de los Von Muir, pero suponía que si había llegado a donde estaba en ese momento era debido a su anexión al reino de Baronia casi veinte años atrás.

Dejó a Aris en el suelo y echó un vistazo a las murallas.

-Hemos llegado
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