Nuestra experiencia por Endwalker FFXIV

Como buenos Guerreros de la Luz, el pasado 7 de diciembre tuvimos una cita ineludible con Endwalker, la última expansión hasta la fecha de Final Fantasy XIV, el aclamado MMO de Square Enix cuya historia principal terminamos la última semana de 2021. Tras finalizar nuestra aventura y dejar unas semanas para reposar la fuerte emoción, vamos a intentar sincerarnos con palabras (y sin spoilers) lo que ha significado para nosotros este último capítulo hasta la fecha en la historia de Eorzea.

Main Scenario Quest: El final del cuento de Hydaelyn y Zodiark

La historia principal de Endwalker nos narra el final de un viaje que llevamos recorriendo desde el 21 de septiembre de 2010 cuando vio la luz esta decimocuarta fantasía y empezaron nuestras innumerables aventuras como Guerreros de la Luz, que nos llevarían a convertirnos en los escogidos por la diosa Hydaelyn para salvar el mundo del temible Zodiark.

Tras un inicio no demasiado afortunado, en agosto de 2013, el juego se alzó de sus cenizas por la mano del productor Naoki Yoshida, (nuestro querido «Yoshi-P») quien consiguió encarrilarlo de forma ascendente con Final Fantasy XIV A Realm Reborn (2.0), y desde ahí, haciéndolo más y más popular con cada nueva expansión o parche que se lanzaba, enriqueciendo de sobremanera la experiencia. Heavensward (3.0), la primera expansión oficial tras a Realm Reborn, dio un salto de dragontino hasta los cielos a la trama principal con la Dragonsong War (Guerra del canto dragontino en FFRK), demostrándonos que apenas habíamos disfrutado de un aperitivo de lo que nos esperaba.

Seguimos expandiendo horizontes con Stormblood (4.0), con emocionantes viajes, cruzando el mar hasta Lejano Este y explorando la zona nororiental de Aldenard para socorrer a la ciudad de Ala Mhigo y enfrentarnos a Zenos, que se convertiría en el gran antagonista de FFXIV y llegaría incluso a la saga Dissidia como representante de esta. Por fin llegamos a Shadowbringers (5.0), donde viajamos a través de La Grieta al Primero, uno de los trece reflejos que conforman el mundo, y donde descubrimos multitud de revelaciones que nos dejaron con los sentimientos a flor de piel y con todo listo para Endwalker (5.0).

En pequeñas pinceladas y sin destripar nada, Endwalker nos acaba de desvelar todos los secretos que quedaban aún ocultos sobre el origen de Zodiark y Hyadelyn, que nos lleva a la gran a la batalla final contra Zenos y Zodiark, además de afrontar la calamidad conocida como «The Final Days». Se nos relata una historia profunda y muy compleja, creando un cúmulo de emociones que sentimos a través de multitud de personajes, empatizando con ellos en lo más profundo de sus corazones. Hemos vivido algunas escenas verdaderamente desgarradoras, de absoluta impotencia, de perdida y devastación, pero también de esperanza, sueños y amistad. Si tuviéramos que quedarnos con una palabra para definir Endwalker, esta sería «Vida».

Y henos aquí, llegados a este punto, poco más podemos decir que la historia de Endwalker sin entrar en detalles, ha sido una aventura absolutamente increíble, fascinante y digna candidata a ser una de las historias más emotivas de toda la saga Final Fantasy, con muchísimas sorpresas más allá de lo visto en el tráiler de lanzamiento (cosa de agradecer) y repleta de giros inesperados. Como la historia es algo que mejor que disfrutéis por vosotros mismos, mejor pasamos a hacer un pequeño resumen de los demás aspectos más importantes, novedades a destacar y curiosidades de esta cuarta expansión de Final Fantasy XIV.

Nuevos trabajos y ajustes varios.

Endwalker nos trae dos nuevos oficios o trabajos: Sage y Reaper.

El Sage o Sabio, si el juego estuviese localizado, es una clase sanadora (la primera desde Heavensward con el Astrologian) que se equipa con nouliths, unas armas que los sabios imbuyen en éter para después moverlas por el aire utilizando la «somanoutica» (una combinación de eterología, hechicería y medicina) que utilizan tanto para curar y proteger a sus aliados, como para atacar y derribar a sus enemigos. Tienen su origen en los antiguos sabios de Old Sharlayan, que, pese a que poco a poco han ido evolucionando y perfeccionado su técnica, las bases de este arte han permanecido inmutables desde la antigüedad.

El Reaper o Segador a lo TWEWY, es el oficio que más hemos utilizado durante la historia y son unos formidables guerreros dps equipados con guadañas y que forman pactos con los «voidsent» a través de avatares que se ocultan y se alimentan del alma del guerrero. El origen de estos seres es realmente interesante y da para un extenso estudio, pero hoy no profundizaremos en este aspecto ya que habría que explicar varios y amplios conceptos que podrían considerarse spoilers argumentales.

Con la subida de nivel hasta nivel 90, el resto de antiguos trabajos han sufrido ajustes, automatizando algunas habilidades para poder adaptarse a otras tantas nuevas. En las clases que hemos podido probar, hemos notado que estos cambios son de agradecer, pues introducen nuevas habilidades sin sobrecargar demasiado la rotación de la clase.

Nuevas localizaciones de Endwalker, mapas y una ambientación muy ceciliana

Como ya se había anunciado en la liveletter previa a la salida del juego, en Endwalker viajamos a varios lugares que hasta ahora solo habíamos podido conocer de oídas por la narrativa de la historia. Hagamos un breve repaso a algunas de las zonas que nos hemos encontrado.

Buscando ayuda para afrontar la amenaza que supone el Telophoroi, llegamos a Old Sharlayan, ciudad de Eruditos y Académicos que juega el papel de la ciudad-estado principal de Endwalker y que usaremos como base de operaciones. Situada en una isla de los mares del Norte, se trata de una nación muy cerrada a cualquier conflicto ajeno a sus fronteras, cuyo único interés parece ser preservar el conocimiento y ocultar secretos a los cuales solo los miembros del foro tienen acceso. Es una ciudad absolutamente impresionante cuya vista aérea ya en el tráiler nos recordó a la Altissia de Final Fantasy XV. Una ciudad portuaria, rodeada de agua con edificios y estructuras blancas y limpias, con muchas zonas verdes y montañas a sus espaldas.

Debajo de Old Sharlayan encontramos Labyrinthos, una extensa caverna laberíntica con un cielo y Sol artificiales que mantienen un microclima y un ecosistema único, casi como una biblioteca viviente cuyo objetivo es conservar y estudiar flora y fauna de todo tipo, además de ocultar muchos otros secretos… «Conocimiento enterrado debajo del conocimiento: un laberinto creciente y reptante del que no hay escapatoria» Sin duda, un mapa que hemos disfrutado mucho, precioso y relajante, aunque peligroso en ocasiones, porque hay cada bicho…


La historia nos lleva también a Thavnair, una enorme isla de tamaño similar sino más grande que Vylbrand, también conocida como el Cercano Oriente, en contraposición Al Lejano Este que visitamos en Stormblood. La isla tiene un clima tropical donde abundan enormes selvas de abundante fauna única a la vez que peligrosa. En las costas hay varios pueblos de pescadores y comerciantes cuyas rutas enriquecen enormemente a la isla, ya que sus rutas y tratos llegan hasta los tres grandes continentes.

La capital de Thavnair es la imponente ciudad-estado de Radz-at-Han, una ciudad majestuosa que nos recordó a las grandes ciudades de la India. Sus habitantes son en su mayoría Au Ra y Matanga (una nueva tribu humanoides, pero con aspecto similar al de un elefante) En Radz-at-Han se hacen grandes revelaciones argumentales, pero eso os lo dejamos a vosotros.


También visitamos por fin Garlemald, conocida por ser la nación del Imperio Garleano, los principales antagonistas de Final Fantasy XIV, cuyas ambiciones de conquista y expansión los han llevado a declarar la guerra a Eorzea y prácticamente a todo el mundo conocido.

Sin entrar en la profunda parte argumental que vivimos en esta fría nación del norte de Ilsabard, tenemos que destacar que Garlemald fue uno de los mapas que vivimos con más intensidad, con una muy conseguida sensación de peligro constante, tanto por las bajas temperaturas, la tenebrosa fauna local o las peligrosas máquinas de guerra garleanas.


No queremos pasar de sección sin mencionar el viaje a la Luna. Ver nuestro planeta natal con la calma y soledad que se transmite desde allí arriba no tiene precio, eso sí, cuidadito una vez más con los monstruos lunares. Endwalker sin lugar a dudas es un regalo para los fans del clásico Final Fantasy IV, abundante en referencias a la historia de Cecil, Rosa y compañía, no solo en el asteroide mencionado sino también en muchas otras partes de la aventura como en las mazmorras con múltiples otros guiños y cameos.

Nos os queremos chafar la sorpresa, pero aún hay más mapas en Endwalker, si has acabado ya la expansión ya sabrás de que estamos hablando y esperamos que lo hayas gozado tanto como nosotros. Si, por el contrario, aún no has tenido el placer de ver todo lo que queda por mencionar, prepárate, que aún queda aventura para rato.

Nueva raza: Viera Macho

Las muchas suplicas y ruegos de los fans por fin han sido escuchadas, y en Endwalker por fin son jugables los Viera machos. Recordemos que la raza Viera ya llegó de forma jugable en la pasada expansión Shadowbringers, pero esta tenía la peculiaridad de que solo eran posible asumir el rol de una hembra. Y es que los Viera machos siempre han sido un misterio en la saga Final Fantasy ya que nunca habían sido mostrados hasta ahora. De hecho, no son pocos los que piensan en las Viera, como una raza puramente femenina. Pero eso nunca ha sido así, ni en su origen de Final Fantasy XII como aquí en Final Fantasy XIV.

Se estima que, al menos ocho de cada diez Viera nacen hembras. Sin embargo, no es posible distinguirlos hasta al menos los 13 años, cuando llegan a la edad adulta y su cambio físico se hace evidente. En Final Fantasy XIV se dice que la sociedad Viera siempre ha sido estrictamente matriarcal, pues los machos no viven en los poblados y están alejados de los puestos de poder. Esto no significa que ellos no tengan un rol importante en la sociedad, pues tienen la vital misión de ejercer como guardianes y protectores del bosque y siempre están vigilantes de que ningún mal invasor suponga una amenaza para su tribu.

Solamente una vez, entre cada tres y cinco veranos aproximadamente, los machos vuelven a su poblado de nacimiento para aparearse y poder perpetuar la especie, a la vez que, de paso recogen a los jóvenes Viera que han llegado a la edad adulta. Sin una comunidad que les de soporte, los Viera macho viven siempre en una constante lucha por su propia supervivencia. Comida, ropa, armas, medicina, todo se los tienen que procurar o confeccionar ellos mismos individualmente y sin ayuda. Viven solos y mueren solos. Así es y así ha sido desde innumerables generaciones.

Sin duda, la incorporación de los Viera macho es una esperada novedad, que incluso abre la puerta a que en un futuro podamos ver a las Hrothgar hembra.

La música de Endwalker

La música de Endwalker corre, como no podía ser de otra manera, a cargo del gran Masayoshi Soken, quien podemos afirmar que se ha convertido en un digno sucesor del maestro Nobuo Uematsu quien, recordemos, compuso la música de A Realm Reborn.


Hemos disfrutado de una banda sonora muy variada, como nos Soken nos tiene acostumbrados, que se adapta totalmente a las emociones que la historia quiere transmitirnos en todo momento. Sus temas vocales son increíbles: Footfalls, Flow o Close in the Distance. En definitiva, el apartado musical es como siempre sobresaliente y os recomendamos encarecidamente disfrutar de su banda sonora que saldrá a la venta el próximo mes.

El futuro de Final Fantasy XIV

Como bien hemos comentado, Endwalker es el final del cuento o arco narrativo de Hydaelyn y Zodiark. En ningún caso eso supone el final de Final Fantasy XIV, ya que Yoshinori Kitase ha confirmado que, apartes de los siguientes parches 6.1-6.5, ya está trabajando en la siguiente expansión, la que será la versión 7.0 y vaticina que aún tiene FFXIV para casi diez años más, que no son pocos.

Además, debido al aluvión de nuevos jugadores que han colapsado las colas de acceso al juego, ya se han confirmado proyectos para este verano y para el próximo 2023 en los que se ampliarán los centros de datos que alojan los servidores o mundos, por supuesto a nivel mundial, aunque de forma escalada. Sin ir más lejos, hace escasas semanas se ha inaugurado Materia, el nuevo centro de datos Oceania. Como veis, FFXIV no hace más que crecer y crecer.
Mientras esperamos, aún queda muchísimo contenido postgame por hacer, como la nueva raid Pandæmonium, cazar tesoros en «The Excitatron 6000» o prepararnos para las nuevas temporadas de PVP o Housing, ya que está confirmado que la zona resicencial en Ishgard abrirá sus puertas en el próximo parche 6.1

Para despedirnos, un mensaje: Si sois fans de la saga Final Fantasy, jugad, jugad a Final Fantasy XIV, no os cerréis puertas por su idioma o su sistema de juego online con cuotas mensuales. Dadle una oportunidad porque argumentalmente estamos ante un regalo a los fans de la saga, creado con muchísimo esmero, amor y respeto. Por nuestra parte tenemos toda la confianza en que, tanto Yoshi-P como toda la División creativa III de Square Enix, seguirán trabajando al máximo, no solo por el futuro de FFXIV, sino también para el inminente Final Fantasy XVI. Estamos en vuestras manos.

Sobre Squallrukawa

Seed y Caballero de la Bruja que vino de las Lunas en la época de la PSX cuando no era más alto que un Mumba. Fue convertido en genómido y le inyectaron celúlas de Jenova suficientes para poder afrontar una vida dedicada a esta Fantasía sin fin, que esperemos que nunca encuentre su Finis. Henos aquí para compartir el legado de los cristales y del santo padre Sakaguchi. Honor y Patria.

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